Bruselas sigue su cruzada ecologista. Y ahora le toca, una vez más, a los transportistas. Para ellos el camión no es un lujo, es su forma de ganarse la vida. Y ahora la UE les exige que se preparen para deshacerse de los camiones más pesados y de mayores emisiones, justo aquellos en los que más dinero han invertido y que más costes va a tener su renovación. Lo más llamativo es que España es uno de los países más apoyado en el transporte por carretera. Y justo es el Gobierno de España y la ministra Teresa Ribera la que impulsa esta cruzada en Europa.
La UE ha acordado ya nuevas normas para reforzar las prohibiciones de emisión de CO2 para los vehículos pesados. El Consejo ha llegado ya a un acuerdo para una propuesta oficial que actualiza y refuerza el reglamento sobre las normas de emisión de CO2 para estos camiones.
"El objetivo de la propuesta es reducir aún más las emisiones de CO2 en el sector del transporte por carretera e introducir nuevos objetivos para 2030, 2035 y 2040", explica Bruselas. "Las nuevas normas contribuirán a que la UE alcance sus ambiciones de luchar contra el cambio climático", añade la UE.
La propuesta también tiene como objetivo "fomentar una mayor proporción de vehículos de cero emisiones en la flota de vehículos pesados de toda la UE, al tiempo que se garantiza que se preserve y mejore la innovación en el sector y su competitividad". Es decir, que forzará una renovación del parque de camiones más pesados y con mayores emisiones. Todo un nuevo golpe para un sector, el del transporte, que no he dejado de soportar incrementos fiscales, de cotizaciones sociales, de costes ecologistas, de burocracia y hasta de recargos por el uso de las carreteras.
"El enfoque general servirá como mandato para las negociaciones con el Parlamento Europeo sobre la forma final de la legislación", apunta Bruselas. Y, por lo tanto, ahora serán los partidos políticos y diputados de cada país quienes alerten de los problemas y negocien las condiciones. España es uno de los países más afectados por tener su tejido de transporte muy apoyado en los envíos por carretera y, por lo tanto, los camiones. ¿Y quién el país que más empuja para implantar este nuevo golpe al transporte? Pues el mismo, España, representado por el Gobierno de Pedro Sánchez y por la ministra responsable de las exigencias medioambientales, Teresa Ribera.
"Los camiones, autobuses y autocares son una parte importante del transporte por carretera, que afecta a la vida diaria de millones de ciudadanos. Los ciudadanos merecen vivir en un entorno más verde y saludable, y ahora estamos un paso más cerca de este objetivo. Al mismo tiempo, estamos asegurando la competitividad de la industria, aclarando la hoja de ruta para nuevas inversiones", señala Bruselas. Y Teresa Ribera Rodríguez, tercera vicepresidenta interina española del gobierno y ministra de transición ecológica y desafío demográfico, ya ha dado muestras de su apoyo al avance de esta normativa.
"La propuesta amplía el alcance del reglamento para que casi todos los vehículos pesados nuevos con emisiones certificadas de CO2, incluidos los camiones más pequeños, los autobuses urbanos, los autocares y los remolques, estén sujetos a los objetivos de reducción de emisiones", señala la propuesta.
Además, "una exención de los objetivos de reducción de CO2 establecidos en el reglamento se aplicará a los fabricantes de pequeño volumen y a los vehículos utilizados para la minería, la silvicultura y la agricultura; a los vehículos para uso de las fuerzas armadas y los servicios de bomberos; a los vehículos para uso en la protección civil, el orden público y la atención médica; y a los vehículos vocacionales como los camiones de basura". Es decir, que el gran objetivo es el transporte pesado por carretera: los camioneros.