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Escrivá desliza su deseo de ser el futuro gobernador del Banco de España tras ser rechazado en Economía

Apareció en el Gobierno de Sánchez como supuesto experto y ha acabado como un elemento extraño sin capacidad ni ganas para aplicar medidas correctas.

Apareció en el Gobierno de Sánchez como supuesto experto y ha acabado como un elemento extraño sin capacidad ni ganas para aplicar medidas correctas.
Escrivá ha acabado como un elemento extraño sin capacidad ni ganas para aplicar medidas correctas | Europa Press

José Luis Escrivá sabía que no confiaban en él para ser ministro de Economía en sustitución de Nadia Calviño. Como ya contó LD, el exministro de Seguridad Social, tras haber disparado la deuda del organismo pagador de las pensiones desde los 55.000 millones de euros hasta nada menos que 106.000 millones, no ha conseguido ganarse la confianza de Pedro Sánchez para el cargo de máximo mando económico. Pero Escrivá llevaba tiempo pensando en su salida laboral y, por ello, filtró hace un par de semanas que deseaba nada menos que el cargo de gobernador del Banco de España, como sustituto de Pablo Hernández de Cos.

Pedro Sánchez, efectivamente, no quería a Escrivá para ocupar la cartera económica de la saliente Nadia Calviño. De hecho, Moncloa estudió durante largo tiempo otros perfiles como el del que fuera secretario de estado con Zapatero, José Manuel Campa, o el economista Ángel Uribe para el cargo.

Y Escrivá, conocedor de todo ello, tal y como publicó Libertad Digital, había deslizado ya semanas antes en sus círculos más cercanos que aceptaría una salida como gobernador del Banco de España. Se trataría del enésimo cargo de elevado contenido político (exministro socialista) que fuese incrustado -en caso de aceptarse por el Gobierno- en una institución necesitada de independencia y que tradicionalmente la ha tenido hasta cierto punto.

Escrivá apareció en el Gobierno de Pedro Sánchez como un supuesto experto. Un teórico aval de seriedad. Y ha acabado como un elemento extraño sin capacidad ni ganas para aplicar medidas correctas y que no ha dejado de ver cómo se ha disparado la deuda del organismo más sensible para todos los jubilados: el pagador de las pensiones. Economista, auditor fiscal y ex ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones entre 2020 y 2023, todo el mundo daba por hecho que, tras la salida de Nadia Calviño- sería automáticamente llamado a ocupar la cartera económica vacía.

Pero de eso, nada de nada. Y es que, tras haber ocupado una cartera decisiva -Seguridad Social y migraciones-, el puesto asignado en el segundo mandato -ministro de Transformación Digital- parecía inicialmente más un paso intermedio que un destino real. Pero lo cierto es que el primero que no lo ha querido ha sido su presidente -Pedro Sánchez-.

Escrivá fue presidente de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) desde 2014 hasta 2020. También ocupó la presidencia de la Red de Instituciones Fiscales Independientes de la Unión Europea entre 2015 y 2019. Fue igualmente jefe de la División de Política Monetaria del Banco Central Europeo entre 1999 y 2004 y director para las Américas del Banco Internacional de Pagos entre 2012 y 2014. Y en 2020 lideró el proyecto del ingreso mínimo vital (IMV), la paga garantizada para las personas vulnerables sin recursos económicos que entró en vigor el 1 de junio de aquel año.

Y con ese CV ha pensado Escrivá que quiere gobernar el Banco de España. Allí, eso sí, se las verá con Margarita Delgado, persona que ansía el mismo cargo y que cuenta con el visto bueno del PSOE por su elevada fidelidad. Además, Delgado viene de perder el cargo del MUS (Mecanismo Unificado de Supervisión) en la UE. Europea tuvo que elegir si le daba esa plaza a España -mucho más importante- o el BEI a Nadia Calviño y prefirió darle al Gobierno el menos delicado de los dos cargos: el BEI. Con lo que Delgado se quedó sin opciones. Ahora Escrivá desliza su interés por el Banco. Y Sánchez será el que decida.

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