Dice el Gobierno que "en su conjunto, las tierras de cultivo presentan una marcada estabilidad", según los datos de la encuesta sobre superficies y rendimientos de cultivos (ESYRCE) de 2023. Es falso. En los últimos diez años España ha perdido 655.663 hectáreas de tierra arable con un descenso continuado de las plantaciones de cereales, tubérculos y cultivos industriales (algodón, girasol, colza...).
Según la encuesta, ahora mismo España cuenta con 11.224.342 hectáreas de tierra arable, un 5,50% menos que hace diez años. Y esto se debe a que hemos perdido 720.884 hectáreas de cultivo de cereales, tubérculos y cultivos industriales y a que se han sumado 65.221 hectáreas en barbecho con respecto a 2013.
Sólo en el último año, el grupo de los cereales ha descendido un 3,95% debido al fuerte decremento de cultivos como maíz, trigo duro, centeno y las dos variedades de cebada. La mezcla de cereales de invierno, a pesar de la fuerte merma porcentual (22,16%), en términos absolutos desciende algo más de veinte mil hectáreas. Por su parte, arroz y maíz presentan la menor superficie de los últimos veinte años.
De hecho, lo único que ha aumentado en estos últimos diez años son los cultivos de leñosos, con 484.644 hectáreas más gracias a la fiebre por las plantaciones de almendra, pistacho, aguacate, mango y arándano. También crece la superficie de olivar, sin embargo, se pierden hectáreas de viñedo y de frutales cítricos.
El Gobierno, concretamente el Ministerio de Agricultura, atribuye la pérdida de tierras cultivables a la sequía. En su informe señala que, según los datos de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET), el año hidrológico 2022/2023 fue el duodécimo más seco desde 1961 y el sexto año hidrológico más seco del siglo XXI. Pero no hay mención alguna a la pérdida de rentabilidad de muchas explotaciones, ni al infierno burocrático, ni al agravio comparativo con respecto a terceros países, ni a las restrictivas políticas medioambientales del Pacto Verde de la UE.
Pérdida de tierras de cultivo por CCAA
La Comunidad Valenciana lidera el ranking de hectáreas de cultivo abandonadas después de sumar casi 2.300 en 2023. Según ASAJA, "de cada cinco hectáreas disponibles para realizar un cultivo agrícola o un pasto, hay ya una que está abandonada". Esto la convierte en la comunidad autónoma con mayor superficie abandonada de toda España con un total de 173.676 hectáreas.
Según este mismo estudio realizado por la asociación agraria, la segunda comunidad con más tierras abandonadas es Castilla-La Mancha (157.621 hectáreas), seguida por Andalucía (127.492 hectáreas), Castilla y León (118.428) y Aragón (114.991). Además de la Comunidad Valenciana, las regiones ha experimentado un mayor incremento de superficie abandonada con respecto a 2022 fueron Extremadura (+19%) y Aragón (+2,3%), frente a los descensos sobre todo en Castilla y León (-4%), Murcia (-2,3%) y Cataluña (-2%).
El presidente de AVA-ASAJA, Cristóbal Aguado, ha asegurado que "la mancha marrón de los campos abandonados continuará multiplicándose mientras haya crisis de rentabilidad y los jóvenes no vean en el campo una actividad atractiva, viable y homologable a cualquier otro ámbito económico. Somos cada vez más el farolillo rojo de España y probablemente de Europa. Nuestros políticos deben pasar de las palabras a los hechos y poner en marcha una hoja de ruta consensuada que permita garantizar una sostenibilidad económica de las explotaciones agrarias, reactivar el relevo generacional y recuperar campos abandonados".
La encuesta sobre superficies y rendimientos de cultivos (ESYRCE) del año 2023 se ha realizado en todo el territorio nacional entre los meses de mayo y septiembre de 2023, mediante observación directa, por técnicos especialistas, de las parcelas que conforman la muestra de la misma.