El salto de los canales de televisión convencionales a las plataformas de streaming que hemos vivido en los cinco últimos años estuvo caracterizado por el creciente peso de la ficción emitida a través de servicios digitales como Netflix, HBO o Prime Video. El pasado verano de 2023, las cifras de audiencia del mercado estadounidense certificaron que esta nueva tecnología ha logrado el anhelado "sorpasso" y ya congrega a más espectadores que los canales tradicionales.
Para apuntalar su crecimiento, los servicios de streaming han apostado por dar el salto a la emisión de contenidos en vivo, con la mirada puesta en atraer más suscriptores a través de una mayor integración con el mundo del deporte. Netflix anunció recientemente que programará un partido de tenis de exhibición entre Rafael Nadal y Carlos Alcaraz, mientras que el servicio de streaming de NBC/Universal viene de lograr audiencias muy significativas con sus primeras transmisiones de la NFL.
Al hilo de esta corriente, Netflix acaba de anunciar un acuerdo histórico con la WWE. La liga estadounidense de lucha libre, que ofrece un producto de entretenimiento con tintes deportivos, percibirá 5.000 millones de dólares durante los diez próximos años a cambio de llevar uno de sus programas estrella, RAW, al servicio de streaming.
Este contrato, que entra en vigor en 2025, supone el adiós de RAW al canal USA Network, donde se ha emitido durante buena parte de las treinta últimas décadas, convirtiéndose en uno de los programas más vistos de la noche de los lunes. La emisión que lanzó al estrellato a figuras como Hulk Hogan, El Enterrador, La Roca, Triple H o John Cena pasará ahora a un formato de emisión online de alcance internacional.
La WWE, que se fusionó recientemente con la UFC para conformar la nueva empresa cotizada TKO, percibía unos 265 millones de dólares al año por las emisiones semanales de RAW. Por lo tanto, este nuevo acuerdo revaloriza significativamente los derechos del programa, que prácticamente duplicará su aportación a la cuenta de resultados del grupo, con un pago anual de 500 millones.
A cambio, Netflix se beneficiará del poder del directo que ofrece WWE en clave estadounidense, un objetivo clave de su estrategia de crecimiento, y continuará su acercamiento al mundo deportivo, aunque esta vez con un componente de ficción. El gigante del streaming también saldrá ganando a nivel internacional, puesto que la WWE tiene una fuerte presencia a nivel global, hasta el punto de que su evento anual más relevante, Wrestlemania, sumó 500 millones de visualizaciones en abril de 2023.