Euforia en el Gobierno. El Ejecutivo de Pedro Sánchez vuelve a estar de celebración con los dos datos macro que ha publicado el Instituto Nacional de Estadística (INE) en los últimos días.
El más reciente es el de la evolución del PIB a cierre de 2023. El INE ha adelantado que la economía española creció el año pasado un 2,5%, una cifra que supera a las predicciones de la gran mayoría de los analistas y que se sitúa una décima por encima de los propios pronósticos del Gobierno, que suelen ser siempre los más optimistas. La sorpresa ha venido en el cuarto trimestre, después de que el PIB diera un acelerón del 0,6%, el mayor de todos los trimestres del pasado año.
La reacción del nuevo ministro de Economía, Carlos Cuerpo, no se hizo esperar. El dato "supera todas las expectativas", aplaudió Cuerpo, que destacó la buena evolución del "consumo privado" o las "exportaciones" y su influencia en el resultado. Sin embargo, hay una variable que ha evolucionado mucho mejor que estás dos rúbricas en el cuarto trimestre del año, y que parece que el Ejecutivo prefiere omitir. Se trata del consumo público.
Como se observa en la siguiente tabla, mientras el consumo de los hogares aumentó un 2,3% en términos interanuales, el de las Administraciones Públicas se incrementó un 4,4%, casi el doble que la variable privada y, por ejemplo, casi cuatro veces más que las exportaciones.
En términos intertrimestrales los resultados de la composición del PIB todavía son más decepcionantes. El consumo público casi quintuplica al de los hogares y la inversión privada se hunde, lo que refleja el empeoramiento de las expectativas empresariales. La señal inequívoca es que la inversión en bienes de equipo cae un 4,8%.
Por tanto, vemos que el gasto público, que no contribuye a la economía productiva, ha sido determinante en la evolución de la demanda interna y del PIB en 2023. Esta situación maquilla otros problemas como la falta de confianza de las empresas en nuestro país, que se ve reflejada en los malos datos de la inversión. Sin embargo, Sánchez prefiere limitarse a presumir de que "ESPAÑA CRECE" (en mayúsculas).
ESPAÑA CRECE con fuerza. En 2023 el PIB aumentó un 2,5%, superando todas las expectativas.
ESPAÑA AVANZA y bate récords de empleo, al crear 780.000 puestos de trabajo el año pasado.
ESPAÑA GOBIERNA y demuestra que es posible conjugar crecimiento económico, creación de empleo y…
— Pedro Sánchez (@sanchezcastejon) January 30, 2024
El empleo público, en récord histórico
En el tuit anterior el líder del PSOE también hacía alusión a un reciente dato de empleo: 780.000 puestos de trabajo creados el año pasado que desveló la última Encuesta de Población Activa (EPA).
Sin embargo, esta cifra venía acompañada de otros récords que no estuvieron presentes en el discurso oficial, como el del empleo público. Tanto está engordando el número de funcionarios a sueldo de todo tipo de Administraciones, que la EPA revela que España estuvo a punto de romper la barrera de los 3,6 millones de empleados públicos el pasado mes de diciembre. En concreto, estamos ante 3.593.300 nóminas a cargo del presupuesto estatal frente a las 17.653.600 privadas.
En el gráfico anterior se observa cómo se ha disparado el número de funcionarios desde la llegada de Sánchez al Gobierno. Destaca también el subidón de empleos a cargo del Estado que se produjo en el tercer trimestre de 2020, que está relacionado con la pandemia. Sin embargo, una vez controlado el coronavirus, el número de empleados públicos ha seguido aumentando, lo que invalida la excusa sanitaria.
Aunque en términos interanuales sí se ha creado más empleo público que privado, otro dato decepcionante de la última EPA es el intertrimestral. Y es que, el empleo privado disminuyó el último trimestre en 77.600 personas, hasta las 17.653.600 personas, mientras que el empleo público aumentó en 58.600, hasta las 3.593.300.
No deja de ser paradójico que debido al resultado del crecimiento del 2,5% del PIB, tan influenciado por el gasto público, el Gobierno vaya a elevar otro 0,5% el sueldo a ese récord histórico de casi 3,6 millones de funcionarios. Estamos ante un círculo vicioso.