"Un granero lleno asegura la paz bajo el cielo", dice un proverbio chino. El gobierno comunista de Xi Jinping lo lleva a rajatabla y, desde hace años, China invierte considerables esfuerzos en proteger su seguridad alimentaria. Mientras tanto, en España, las políticas agrícolas del Gobierno están acabando con el empleo rural y penalizando la productividad, lo que supone crear más trabas a la hora de llenar nuestras neveras.
China cuenta con menos del 9% de la tierra cultivable del planeta pese a que su población representa el 18% del total mundial, por lo que mantener la soberanía alimentaria es un desafío evidente. Por ese motivo, en los últimos años China ha promulgado y revisado varias leyes para proteger de forma "sólida" su autonomía alimentaria y depender lo menos posible del comercio internacional.
El Ministerio de Seguridad del estado comunista afirma que la seguridad alimentaria es un "componente esencial" de la seguridad nacional y está "estrechamente relacionada" con el bienestar general del país, según un artículo publicado por el gobierno chino este lunes en la red social local WeChat. "Los cereales son la base del pueblo y la nación", y un "valioso activo", dice el comunicado.
En ese mismo artículo señalan que en los últimos años, los organismos de seguridad nacional de China han desmantelado varias actividades de espionaje relacionadas con la seguridad alimentaria y que han "cortado manos negras procedentes del exterior" que trataban de sustraer información acerca del sector del germoplasma, que es el reservorio de semillas, esquejes y raíces que permiten conservar la diversidad genética de los cultivos.
De hecho, ese banco de semillas es tan importante para China que Xi Jingping elevó su protección al nivel estratégico de la seguridad nacional, según anunció el propio presidente comunista en julio de 2021.
El suministro de comida no puede ser considerado "un asunto insignificante", sostuvo Xi, quien advirtió de que el país asiático no puede "depender solamente del mercado internacional" para garantizarlo. Según Xi, China habrá de adherirse a los principios de "autosuficiencia basada en la producción nacional" y la "moderación de las importaciones de grano".
La política de autosuficiencia china, que también se aplica al suministro de materias primas y minerales estratégicos, difiere totalmente de la estrategia europea. El resultado es que desde hace años, las importaciones de alimentos no dejan de aumentar mientras se pierden empleos rurales y se cierran explotaciones que ya no pueden luchar contra el infierno burocrático y la desventaja competitiva impuesta por Bruselas.