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Temor entre los agricultores por la invasión de cereal ucraniano en España

En el último año el precio del trigo, maíz y cebada ha caído un 30% a pesar del aumento de los costes de producción.

En el último año el precio del trigo, maíz y cebada ha caído un 30% a pesar del aumento de los costes de producción.
Campo de trigo. | Cordon Press

El precio de los cereales ha caído un 30% de media en las lonjas con respecto a enero de 2023 hasta situarse en torno a los 210 euros/tonelada. A ese precio, los agricultores españoles dicen que no merece la pena sembrar y los operadores aseguran que la tendencia bajista tiene pocas probabilidades de cambiar a corto plazo. Pero, ¿cómo es posible que el precio de los cereales siga bajando si los costes de producción han aumentado? Los expertos de organizaciones agrarias explican a Libre Mercado las causas y sus consecuencias para los agricultores españoles.

Respecto a enero de 2023, los precios del trigo blando han caído un 34,55%; los del maíz, un 34,45%; los de la cebada, un 33,73%; los del trigo duro, un 25,55% y los de la cebada de malta han descendido un 30,18%. De este modo, los precios de lonja actualmente son los siguientes: trigo blando, 218,91 euros/tonelada; maíz, 210,06 euros/tonelada; cebada, 210,71 euros/tonelada; trigo duro, 340 euros/tonelada; y cebada de malta, 229,25 euros/tonelada.

Para entender cómo hemos llegado a esta situación, hay que retroceder unos tres años. Por aquel entonces, Ucrania era una las mayores potencias exportadoras de grano y de oleaginosos (girasol) a nivel mundial. De hecho, España lleva años importando cereales de Ucrania para abastecer nuestra amplia y potente cabaña ganadera, concretamente en torno a un 30% o 40% del total del grano destinado al pienso.

Fue entonces cuando llegó la invasión rusa de Ucrania. Todo el comercio exterior ucraniano se paralizó temporalmente y se dispararon los precios de las materias primas, combustibles, electricidad y también el de los cereales y oleaginosos. La Unión Europea, en parte para asegurar el mercado interior y en parte para ayudar a Ucrania, eliminó los aranceles para el país de Zelenski.

"Los operadores y los agricultores ucranianos están inundando el mercado europeo de grano y oleaginosas", explica Javier Poza, secretario general de SOS Rural. "La producción de Ucrania está en torno a los 80 millones de toneladas anuales más o menos. La mitad de esas existencias están viniendo al mercado europeo libres de aranceles", señala Poza. Por eso, "a día de hoy, el mercado europeo se encuentra bastante saturado de cereal y muchas empresas agroalimentarias y de transformación lo prefieren porque es más barato".

La tormenta perfecta

El grano barato de Ucrania está haciendo mucho daño a los agricultores españoles, que se encuentran atrapados en "la tormenta perfecta", señala Poza. "La campaña de 2023 fue muy mala a nivel de producción debido a la sequía y los costes de producción fueron muy altos. Es la tormenta perfecta".

Según Poza, para que los agricultores pudieran cubrir los costes de producción, el precio de los cereales debería situarse entre los 250 y los 275 euros/tonelada. A día de hoy estamos en torno a los 210. "Por eso hay ese malestar entre los agricultores, no sólo en España sino en la mayoría de los países europeos. Los costes de producción son tan altos que, al final, los agricultores producen a pérdidas y, por el momento, los costes de producción no tienen visos de bajar".

Otros países como Francia, Alemania o Austria, pueden compensar esta situación porque tienen una producción de cereales mucho mayor que la de España. "Pero aquí, tenemos el clima que tenemos", apunta Poza, que tiene serias dudas de la supervivencia del secano español si la situación no cambia.

¿Para qué sirve la Ley de la Cadena Alimentaria?

El grano ucraniano barato representa un problema para los agricultores de secano en España. Sin embargo, supone un alivio para los ganaderos, que pueden alimentar a sus animales sin que el precio de la carne se dispare aún más en las carnicerías y supermercados.

El cereal de Ucrania también es un ejemplo perfecto del fracaso de la Ley de la Cadena Alimentaria que prohíbe vender a pérdidas y que el Gobierno de Pedro Sánchez está empeñado en parchear como si fuese la panacea de todos los males del campo.

"La ley de la cadena no puede obligar al comprador a recurrir a un proveedor determinado", señala Poza. "La mercancía de Ucrania que llega por los puertos de Tarragona, Barcelona y Valencia es la que fija el precio del cereal. Y en una economía de mercado se puede intentar que el agricultor o ganadero cubra sus costes de producción pero no se puede obligar a una industria o a un comercializador a comprar a una determinada fuente", señala Poza.

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