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Un informe tumba la última mentira de la izquierda sobre la carne: el vacuno español contamina un 66% menos que la media

La eliminación de la ganadería vacuna podría dar lugar a que otros herbívoros salvajes ocuparan su espacio.

La eliminación de la ganadería vacuna podría dar lugar a que otros herbívoros salvajes ocuparan su espacio.
El vacuno español contamina menos que la media. | Pixabay/CC/ArtTower

Pese a toda la campaña de difamación contra las granjas españolas impulsada por Alberto Garzón en su momento y los continuos mensajes de la izquierda en su conjunto contra el supuesto consumo excesivo de agua del vacuno, lo cierto es que la ganadería de vacuno de carne de España emite un 66% menos de gases de efecto invernadero y consume un 65% menos de agua que la media mundial. Esto se traduce en que el problema no es la carne ni las granjas. Científicos españoles han publicado el informe "Evaluación del impacto ambiental de las cadenas de producción de carne de vacuno que integran sistemas de pastoreo y sin tierra". El estudio, que ha sido recogido por la revista Animal, acaba con falsedades sobre el impacto medioambiental de la ganadería de vacuno de carne en España. Y señala con rotundidad que el vacuno español contamina un 66% menos que la media mundial.

La investigación, liderada por científicos de la Universidad Politécnica de Valencia como Fernando Estellés, destaca la necesidad de acabar con el ataque a la carne, "ya que hasta ahora no se conocía el verdadero impacto de la ganadería de vacuno de carne en nuestro país".

Una de las conclusiones más destacadas del informe revela que "la huella de carbono del vacuno de carne en España por kilo de carne producida es un 66% menor que la media del planeta, si se contrasta con los datos de la FAO". Manuel Laínez, otro científico del estudio, subraya que esto se debe a la eficiencia del sistema de producción utilizado en la ganadería de vacuno de carne en España, por lo que queda desmontado el mito de las macrogranjas.

Además de la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, los científicos han constatado otros puntos relevantes como que la huella hídrica del vacuno de carne en nuestro país es un tercio si se compara con la media mundial. O que existe una captura de carbono no contabilizada porque la metodología que se utiliza actualmente para la medición de la huella de carbono no considera la captura de carbono realizada por los pastos donde están las vacas. Así, se calcula que el secuestro de carbono puede llegar a compensar el 60% de las emisiones de los animales en pastoreo.

Los estudios habituales tampoco contemplan otro aspecto positivo, como el fomento de la biodiversidad de la ganadería de vacuno de carne en su impacto medioambiental. Es más, el 92% de la alimentación que consume la ganadería de vacuno de carne en España no compite con la alimentación humana y el 8% restante –principalmente cereales como la cebada o el maíz– no ejerce presión sobre el aumento del precio de los alimentos, con lo que, lejos de ser un problema, la ganadería es una solución.

El estudio confirma que los sistemas de producción de carne de vacuno en España reflejan altos niveles de eficiencia en su sistema de producción, optimizando el uso de los recursos disponibles. Y señala que la eliminación de la ganadería vacuna podría dar lugar a que otros herbívoros salvajes ocuparan su espacio, emitiendo gases de efecto invernadero de manera similar a los rumiantes actuales, pero sin contribuir en la misma manera a la alimentación del planeta.

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