Las asociaciones agrarias se han quedado estupefactas tras el anuncio de que la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, será la candidata del Partido Socialista a las elecciones europeas del próximo 9 de junio. Aseguran que las "pretensiones agroambientales absolutamente enloquecidas" de la ministra les hacen temer sobre el papel que pueda desempeñar en Bruselas. Tras su boicot a las fresas de Huelva o su apoyo a la ley de Restauración de la Naturaleza, pocos confían en que Ribera vaya a defender al campo español ante las instituciones europeas.
"Teresa Ribera ha sido una de las máximas exponentes de las políticas maximalistas hechas de espalda a la sociedad. Sobre todo en lo que se refiere al sector primario. Políticas y normas hechas desde los despachos, muchas veces sin base científica y trufadas de un ecologismo maximalista que solo beneficia a unos pocos", denuncia Javier Poza, secretario general de SOS Rural. "Lo único positivo es que si es elegida diputada para ser luego comisaria, ya no será ministra en España", añade.
Asaja considera que "la falta de diálogo y la imposición" han sido la tónica general del mandato de Ribera, cuyas decisiones han tenido "un marcado sesgo antiagrarista". De hecho, el presidente de la asociación agraria en Córdoba, Ignacio Fernández de Mesa, asegura que Ribera supone "una gran oposición a la agricultura, con sus pretensiones agroambientales absolutamente enloquecidas".
Tampoco están nada contentos los cazadores. El sector cinegético recuerda que Ribera reconoció públicamente que le gustaría prohibir la caza y los toros durante una entrevista en Onda Cero. Afirman también que durante el tiempo que la ministra ha ocupado el cargo ha ido cumpliendo la hoja de ruta anticaza legislando contra el sector.
También tiemblan con el nombramiento los criadores de animales exóticos porque, recuerdan, la cartera de Ribera se está negando a emitir los permisos CITES necesarios para la tenencia y la venta de especies legales nacidas y criadas en cautividad, antes incluso de que se apruebe el listado positivo de mascotas permitidas. Sin duda, las posturas animalistas más radicales del Gobierno se "esconden" en el ministerio de Ribera.
Boicot a las fresas y otros éxitos de Ribera
Las críticas de agricultores y ganaderos hacia la gestión de Ribera se debe a sus actuaciones como ministra del Gobierno de Sánchez. Estos son algunos de sus "grandes éxitos" que las asociaciones agrarias no olvidan:
A propuesta de la UE, Ribera fue una gran entusiasta en cambiar la protección del lobo y prohibir su control poblacional a través de la caza. "Esto ha aumentado los daños en la cabaña ganadera y ha complicado la gestión de las ganaderías extensivas, que ya es inviable en determinados territorios", señala Asaja. Y ahora, pese a que la UE reculó y el Congreso ha votado a favor de sacar al lobo del listado de especies protegidas (LESPRE), Ribera sigue aferrándose a su decisión inicial.
También fue la gran creadora de los ecorregímenes de la PAC, "con normas medioambientales absurdas que chocan con el sentido común y con las prácticas agronómicas más eficientes para la producción de alimentos", critica la asociación agraria, que también recuerda que Ribera fue la que "impuso al ministerio de Agricultura un endurecimiento de las normas de condicionalidad de la PAC, lo que para muchos agricultores ha supuesto producir menos y producir más caro".
Después de la polémica ley de regadíos del PP que el PSOE se encargó de manipular a las puertas de las pasadas elecciones autonómicas, llegó el boicot a las fresas de Huelva. Tanto Pedro Sánchez como Ribera se hicieron eco en sus redes sociales de la campaña emprendida en Alemania para ni vender ni comprar este producto a fin de no contribuir a la "desecación" del Parque Natural.
Ribera es también una gran fan de la Ley de Restauración de la Naturaleza que supondría la pérdida de territorio cultivable y que finalmente el Consejo de la UE ha rechazado en su tercera y última fase. De hecho, en opinión de Ribera, la ley se queda corta.
Ribera fue también la que aprobó vía Real Decreto el Plan Hidrológico de la Cuenca del Duero. Este plan se adoptó "sin consenso, con un rechazo inédito en la historia" y ha acabado resultando "muy perjudicial para los intereses de los agricultores y ganaderos: menos regadíos, agua más cara, y mayores restricciones agronómicas en las zonas regables", denuncia Asaja.
Por último, aunque no menos importante, la organización agraria recuerda que Ribera ha impulsado nuevas fuentes de energía, como las fotovoltaicas, "dando facilidades a los fondos de inversión para crear macroparques fotovoltaicos ocupando tierras agrícolas, muchas veces las más productivas, y echando a los agricultores y ganaderos de ellas".