Los fabricantes de pienso españoles y los ganaderos están sumamente preocupados por la normativa europea antideforestación que entrará en vigor el próximo 1 de enero. Aseguran que esta nueva ley verde establece unos requisitos "muy difíciles, sino imposibles" de cumplir y que suponen "una amenaza muy seria" para la continuidad de sus negocios.
La nueva ley obliga a las empresas a garantizar que sus productos no han provocado deforestación ni degradación forestal. Se aplicará a los productos del ganado, el cacao, el café, el aceite de palma, la soja, la madera, el caucho, el carbón vegetal y el papel impreso. Es decir, los empresarios no pueden vender productos fabricados con materias primas procedentes de tierras deforestadas o que hayan provocado degradación forestal.
Las empresas también tendrán que demostrar que estos productos cumplen la legislación correspondiente del país productor, incluida la relativa a los derechos humanos, y que se han respetado los derechos de los pueblos indígenas afectados.
En el caso de los piensos, el foco está puesto en la producción de soja en América ya que es un insumo importante en la formulación de los piensos, según ha recordado el director general de la patronal de fabricantes de piensos (Cesfac), Jorge de Saja, en una entrevista con Efeagro.
De Saja se ha quejado de que la normativa recoge términos "tremendamente complicados" (incluso la propia definición de qué es deforestación) y hay países productores de soja que, por el momento, se niegan a cumplir los requisitos europeos.
Sin cotización a partir del 31 de diciembre
En este punto, nadie sabe muy bien qué es lo que va a pasar cuando la ley entre en vigor. De hecho, los comerciantes internacionales "no están dando cotizaciones sobre esas materias primas más allá del 31 de diciembre" porque "teóricamente" entra en vigor esta normativa que les "penaliza enormemente".
De Saja también confía en que finalmente se produzca una prórroga para su entrada en vigor, que es lo que están reclamando varios estados miembros y otros cargos comunitarios, entre ellos el comisario de Agricultura, Janusz Wojciechowski, que abogan por ese aplazamiento para un mejor estudio y "ver si se puede adaptar a la realidad".
De Saja confía en ello porque, de lo contrario y si la norma entra en vigor en el arranque de 2025, complicará el acceso a materias primas, en especial la soja, sin descartar "situaciones desastrosas".
Lo mismo sucede con la evolución de los precios de las materias primas a partir del año que viene. Si la normativa europea reduce la oferta de proveedores habituales de materias primas, todo apunta a que se dispararán los precios de los productos finales. En este sentido, los productores de pienso españoles están especialmente interesados en las cotizaciones de los cereales y de la soja, que por el momento mantienen unos precios que "están bien" gracias a las buenas expectativas de las cosechas, según De Saja.