
El CEO de IAG, el conglomerado que agrupa a aerolíneas como British Airways, Iberia o Vueling, ha señalado en declaraciones a Financial Times que será inevitable una subida de precios de los billetes de avión, debido al "gran impacto" que tendrán en las compañías medidas destinadas a la "descarbonización" del sector impuesto por Bruselas como la paulatina incoporación de los combustibles sostenibles, conocido como SAF.
"Volar va a ser más caro. Es un hecho, estamos intentando mejorar la eficiencia para mitigarlo, pero va a tener un impacto en la demanda", ha señalado Luis Gallego al diario británico, apuntando las compañías a las que representa están de acuerdo con la descarbonización pero "debe hacerse de un modo consistente, en todo el mundo, para que no amenace a la aviación europea".
Las declaraciones del CEO de IAG llegan sólo unos días después de que trascendiera la decisión de la alemana Lufthansa de subir todos sus billetes en vuelos que despeguen de aeropuertos de los países miembro, Gran Bretaña, Noruega o Suiza. La compañía justificó la medida en las normativas y regulaciones ambientales, "en constante aumento", por parte de la Unión Europea. Las normas impulsadas para descarbonizar la aviación estarían obligando a la compañía a inversiones millonarias que, adujo, "no puede asumir por sí misma".
Hasta 72 euros de recargo
El recargo climático, que se impondrá a los vuelos programados a partir del 1 de enero de 2025, implican entre un euro y cinco euros más en clase turista en vuelos de corta y media distancia, y entre 1,5 y siete en clase business, y puede suponer hasta un máximo de 72 euros en vuelos de larga distancia en primera clase. Se da la circunstancia de que Lufthansa ofrece desde hace tiempo a sus pasajeros el pago, voluntario, de un recargo verde para compensar las emisiones en un sector tan señalado por el ecologismo, pero según la compañía sólo lo paga un cuatro por ciento de los pasajeros.
El queroseno verde, que según la normativa Refuel EU Aviation tendrá que suponer el 2% de lo repostado desde 2025 e irá escalando paulatinamente hasta el 85 por ciento en 2050, no es la normativa que puede presionar al alza los precios (por el momento, la oferta de combustibles sostenibles es muy pequeña y el precio multiplica por tres o por cuatro el del convencional).
Las compañías han alertado también sobre el impacto nuevo Régimen de Comercio de los Derechos de Emisión, que eliminará la asignación gratuita de derechos para las aerolíneas a partir de 2026, al tiempo que sigue sobre la mesa la posibilidad de que la UE acabe aprobando un impuesto extra al queroseno.