
La carne de vaca sigue subiendo y ya marca máximos históricos en las lonjas. Y aunque los españoles consumen menos productos cárnicos debido al alza de los precios, la demanda sigue siendo muy fuerte frente a una oferta que se ha reducido. El resultado es obvio. Los precios se disparan.
La carne de vaca es un producto con amplia salida en el sector hostelero y su precio no ha dejado de subir paulatinamente en lo que llevamos de 2024, según los datos recogidos por Asaja: "La categoría extra se paga ya a 4,66 euros/kilo, mientras que la vaca de primera se aproxima a los 4,20 euros/kilo. Son máximos históricos con subidas del 10% y del 13% respectivamente con respecto a las cotizaciones que marcaban las tablillas de la lonja de Salamanca hace un año".
El motivo, además del tirón de la demanda, es un descenso de la oferta, explican desde Asaja: "Hay circunstancias que influyen aunque no se hayan producido ahora, sino que son consecuencia de lo vivido en 2023. Fue un año de sequía que elevó los costes de la alimentación y también padecimos la Enfermedad Hemorrágica Epizoótica (EHE), una suma de factores que animó a muchos ganaderos a llevar al matadero una parte de sus vacas".
La asociación agrícola también recuerda que "llegó a haber lista de espera para el sacrificio de bovino de carne en ciertas temporadas del pasado ejercicio". Así pues, inciden, esa reducción de la cabaña nacional es otro factor que tira al alza del precio de la vaca para carne.
Mientras las vacas siguen rompiendo sus máximos históricos, las terneras y los añojos mantienen un precio alto, pero con una tendencia estancada que dura ya desde las navidades de 2022 debido en buena parte al descenso del consumo. Según apunta Asaja, ambos productos comenzaron a subir en el último trimestre de 2021 y mantuvieron la escalada durante todo el año siguiente, "consecuencia de una considerable inflación de los costes de producción, que siguen elevados para nuestros ganaderos", afirman.