El Impuestómetro publicado por el Instituto Juan de Mariana puso de manifiesto las hondas diferencias existentes entre la política seguida por España en materia fiscal y la senda que está explorando Suecia en materia tributaria.
Aunque la izquierda de nuestro país suele aludir al Reino escandinavo como supuesto referente socialdemócrata, los datos ponen de manifiesto que el devenir de la política económica sueca está claramente marcado por un giro hacia medidas de corte liberal.
Aunque el Ejecutivo del país nórdico está ahora en manos de una coalición de centro-derecha, lo cierto es que la tendencia hacia una fiscalidad más baja lleva ya tiempo materializándose.
El pasado año 2023, Libre Mercado documentó las 22 rebajas de impuestos que aprobó el anterior gabinete, comandado por una formación homóloga al PSOE que, no obstante, parece apostar por una política diametralmente opuesta a la que sigue Pedro Sánchez.
Los recortes impositivos aprobados incluyeron un aumento del mínimo exento en el IRPF, más deducciones para la contratación de nuevos trabajadores, bonificaciones de los gastos de transporte, reducciones de las cotizaciones sociales aplicables a los asalariados más jóvenes, mejoras en la tributación de las stock options, cambios orientados a extender la deducción de los bonus abonados en especie…
En la misma línea, se redujo el IVA aplicado a ciertas tareas de rehabilitación del hogar, se eliminó un impuesto específico aplicado al sector publicitario, se ampliaron los tiempos de gestión de los aplazamientos tributarios… Asimismo, se pusieron en marcha distintas medidas que abarataron la incidencia de los impuestos aplicables al consumo de hidrocarburos.
Tal y como señaló Libre Mercado, Suecia fue el segundo país de la Unión Europea que más redujo su presión fiscal entre 2018 y 2022, con una caída equivalente a recortar en 2,1 puntos el peso de los impuestos sobre el PIB. Para poner en perspectiva esta cifra, basta señalar que equivale a una mejora de la fiscalidad de 1.100 euros por persona o 3.300 euros para un hogar de tres. En cambio, en España sucedió todo lo contrario, puesto que la política seguida por Pedro Sánchez y su Ejecutivo nos convirtieron en el socio de la UE que más elevó la presión fiscal durante el lustro pasado.
Los planes de Suecia para 2025
Aunque la evolución de los últimos años ha sido claramente positiva para los contribuyentes del país escandinavo, el actual gobierno de centro-derecha que encabeza Ulf Kristersson quiere redoblar la apuesta y ha comunicado las líneas generales de sus presupuestos para 2025, que incluyen una reducción del Impuesto sobre la Renta con la que se espera compensar parte del efecto acumulado de la inflación.
Suecia mantendrá en 2025 un déficit público muy moderado, del 1,3% del PIB, de modo que su deuda pública se situará ligeramente por encima del 30% del PIB, casi cuatro veces por debajo de las cotas que hoy alcanza España. Partiendo de ese buen manejo de las variables referidas a la estabilidad presupuestaria, el gobierno sueco ha apuntado que "la lucha contra la inflación se ha ganado y ahora vamos a hacer una política económica diferente centrada en el crecimiento, para hacer de Suecia un país más rico".
Estas palabras, pronunciadas por la titular de la cartera de Finanzas, Elisabeth Svatensson, y recogidas por la publicación financiera Bloomberg, llegan después de que el IPC de agosto registrase un 1,9%, lo que parece haber dado al gobierno un punto añadido de confianza para poner en marcha una serie de recortes impositivos entre los que destaca el citado recorte del IRPF, pero también distintas exenciones fiscales para el ahorro invertido en acciones, la abolición de una tasa aplicable a los vuelos aéreos y otras mejoras.
El impacto acumulado será cercano a 1.700 millones de euros. Según el gobierno, el hogar promedio se ahorrará en torno a 300 euros mensuales, mientras que los pensionistas tendrán un alivio mucho más moderado, de unos 150-250 euros al año.
Por otro lado, se ha anunciado que las aportaciones a los planes de pensiones pasarán a gozar de una fiscalidad más ventajosa, al igual que sucederá con los impuestos de hidrocarburos.
Sánchez, por el camino opuesto
Entre 2019 y 2024, Pedro Sánchez ha aprobado más de 69 subidas de impuestos y cotizaciones sociales. En paralelo, la cascada de gravámenes nacionales, autonómicos y municipales es tal que ya hay al menos 175 tributos en vigor en nuestro país, según recogió este diario el pasado mes de marzo. Con todo, y a pesar de que la recaudación ya rebasa los 115.000 millones de euros, Pedro Sánchez ha anunciado que tiene previsto aplicar nuevas subidas tributarias en 2025.