"¿Es social un gravamen que discrimina a quien invierte en España?". El consejero delegado de Repsol, Jose Jon Imaz, lanzó esta pregunta al aire la pasada semana, en el marco de la presentación de resultados de la compañía. A renglón seguido, el ejecutivo apuntó que "las inversiones se pueden hacer o no hacer y si tenemos unas condiciones fiscales y regulatorias cada vez más distintas, no podemos competir".
Imaz sostuvo en sus manos un cable de alta tensión y recordó que su elaboración en España está sujeta al pago de un impuesto que no existe en otros países. No hay que olvidar, además, que Repsol y el resto de empresas de hidrocarburos sufren un recargo del 5% en el Impuesto de Sociedades, de modo que también enfrenta esta desventaja fiscal en comparación con otras corporaciones. Pero lo cierto es que el problema de la multiplicidad de impuestos y las distorsiones que esto genera va mucho más allá de la situación denunciada por las altas esferas de Repsol.
De hecho, en su última clasificación de figuras fiscales, el servicio estadístico comunitario Eurostat ha identificado más de 200 vías de imposición que están o han estado vigentes en nuestro país a nivel nacional. En la práctica, alrededor del 50% de estas figuras han sido vaciadas o eliminadas, pero esto significa que sigue habiendo alrededor de 100 gravámenes operativos que dependen del gobierno de Pedro Sánchez.
Este listado contrasta con el hecho de que la mayoría de los ingresos provienen de las fuentes tradicionales: a saber, Impuesto sobre la Renta, IVA, Impuesto de Sociedades, Impuestos Especiales y cotizaciones sociales. De modo que, si bien estos cinco gravámenes son los que llevan el peso de la recaudación, hay alrededor de un centenar de regímenes impositivos nacionales en vigor que multiplican la complejidad del sistema tributario. El daño que generan estos gravámenes complementarios es notable.
En esta lista aparecen gravámenes de todo tipo: impuesto sobre la electricidad, impuesto sobre el alcohol y las bebidas derivadas, impuesto sobre la cerveza, impuesto sobre productos intermedios, impuesto sobre las labores del tabaco, impuesto sobre combustibles derivados del petróleo, impuesto sobre las ventas minoristas de determinados hidrocarburos… así como las tasas abonadas por diversas industrias para financiar entes como RTVE, CNMC, CNE, etc. También se gravan las primas de los seguros, determinados servicios digitales, transacciones financieras y un sinfín más de supuestos.
No hay que olvidar, además, que Pedro Sánchez ha llegado a aprobar 54 subidas de impuestos entre 2019 y 2023, cifra que se incrementará en 15 aumentos a partir de 2024. En total, 69 subidas de impuestos aprobadas bajo mandato del dirigente socialista, que no ha hecho más que elevar más aún la complejidad del sistema tributario e imponer un aumento recaudatorio de 5.400 euros por habitante.
Sumando los impuestos autonómicos y locales
Libre Mercado ya realizó un primer intento de contabilizar los distintos impuestos vigentes en nuestro país a mediados de 2023 y encontró asimismo un total de 71 gravámenes de carácter autonómico, que ascienden a 76 cuando se consideran otros tributos regionales que están sin efecto o suspendidos. A esta cifra hay que sumarle al menos 5 gravámenes municipales de referencia, como son el Impuesto sobre Bienes Inmuebles (IBI), el Impuesto de Actividades Económicas (IAE), el Impuesto sobre Vehículos de Tracción Mecánica (también conocido como el Impuesto de Circulación o, más popularmente, "el numerito"), el Impuesto sobre Construcciones, Instalaciones y Obras (ICIO) y el Impuesto sobre el Incremento de Valor de los Terrenos de Naturaleza Urbana (IIVTNU, también referido como la Plusvalía Municipal).
Por lo tanto, aunque no es fácil realizar una estimación precisa y certera, lo cierto es que la multiplicidad fiscal es tal que, sumando los distintos tributos apreciados a nivel nacional, regional y local, podemos encontrar un mínimo de 285 figuras recaudatorias que están o han estado en vigor en los últimos años. De hecho, si filtramos las vías impositivas que han sido anuladas o vaciadas recientemente, la lista sigue siendo tremendamente prolija, ya que nos topamos con alrededor de 100 impuestos nacionales, cerca de 70 tributos propios autonómicos y 5 gravámenes municipales, para un total de 175.