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Uno de cada tres caseros piensa en retirar su vivienda del mercado de alquiler por la Ley de Vivienda de Sánchez

La ley de la vivienda sigue dando sus frutos y cada vez son más los arrendadores que se plantean retirar su vivienda del mercado del alquiler.

La ley de la vivienda sigue dando sus frutos y cada vez son más los arrendadores que se plantean retirar su vivienda del mercado del alquiler.
El presidente del Gobierno Pedro Sánchez (i) junto a los ministros María Jesús Montero (2d), Isabel Rodríguez (en primer término, de espaldas) y Óscar Puente (d) durante la clausura el foro 'Vivienda: quinto pilar del Estado del bienestar' organizado por el Gobierno sobre el problema del acceso a la vivienda, este lunes, en Madrid. | EFE

Las políticas de vivienda de Sánchez siguen dando sus frutos, aunque estos no sean precisamente los deseados. Entre las consecuencias más destacadas que están teniendo medidas, como la Ley Vivienda se observa una menor intención por parte de los propietarios en invertir para realizar mejoras en sus viviendas alquiladas, así como también se observa un aumento en la decisión de optar por un alquiler vacacional, según cuentan desde la plataforma Fotocasa.

De acuerdo con uno de los últimos análisis de Fotocasa Research, titulado "Conocimiento de la ley de vivienda entre los españoles", esta ley estaría teniendo una incidencia cada vez más negativa entre los propietarios de viviendas en alquiler, que se estarían planteando en mayor medida el retirar sus viviendas del mercado.

A raíz de la ley de la vivienda del 2023, un 47% de los arrendadores afirman que es "bastante o totalmente probable" que inviertan menos en mejoras de la vivienda, mientras que otro 40% afirma que es "bastante o totalmente probable" que pase a alquilar su vivienda para periodos temporales, y hasta un 36% ve muy probable que retire su vivienda del mercado del alquiler.

Más trabas a la oferta

Estas cifras empeoran las de principios del año 2024, cuando el 26% de los arrendadores afirmaba que retiraría su vivienda del mercado del alquiler, a diferencia del 36% actual. También un 31% de los propietarios pensaban alquilar sus viviendas para estancias cortas a comienzos de 2024, en contraste con el 40% en este último informe.

Tal y como explican en el estudio, "las medidas implementadas en la ley han aumentado la inseguridad jurídica, desmotivando a muchos propietarios a mantener sus viviendas en el mercado de alquiler residencial tradicional".

Por otro lado, en cuanto a los inquilinos también ha empeorado la visión que tienen sobre esta ley, afirmando el 42% de los inquilinos que la regulación complica sus planes de encontrar un hogar, mientras que a principios de 2024 lo pensaba un 36%.

La ley no sólo parece complicar la vida a caseros e inquilinos, sino también a vendedores y compradores. Así pues, el 46% de los compradores cree que la normativa ha conseguido hacer más difícil el acceso a una vivienda, un incremento de 13 puntos con respecto a inicios del año 2024, cuando este porcentaje se ubicaba en el 33%. En línea con esto, también cae el porcentaje de compradores que creen que la compra se ha vuelto más sencilla con esta ley, pasando de un 15% a principios de año a un 12% en este último informe.

En cuanto a los vendedores, estos también comparten una percepción negativa de la ley, siendo el 42% de los vendedores los que consideran que la ley de vivienda complica sus planes, mientras que a principios de 2024 tan sólo lo pensaba el 32%. Al ser preguntados sobre si esta ley favorece la venta, sólo un 12% ha respondido afirmativamente, tres puntos menos que a principios del año 2024.

Los resultados ofrecidos por el estudio de Fotocasa resultan muy esclarecedores, y vienen a confirmar lo que ya hemos contado en Libre Mercado en distintas ocasiones, y no es otra cosa que esta ley lo que consigue es restringir aún más la poca oferta de vivienda que hay en comparación con la gran demanda existente, encareciendo los precios de la vivienda y haciéndola cada vez menos accesible.

En definitiva, decía el célebre economista Milton Friedman, de la Escuela de Chicago, que "uno de los grandes errores es juzgar políticas y programas por sus intenciones y no por sus resultados", y eso es justo lo que ocurre con esta y con otras leyes que aprueba el Gobierno. En lugar de adaptar las leyes a la realidad, quieren que la realidad se adapte a sus leyes, por lo que estas normas se acaban convirtiendo en un desastre.

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