
Exactamente el 46,3% de los parados registrados en España acumulan un periodo de desempleo de más de un año. O, lo que es lo mismo, la mitad de los parados españoles son de larga duración y, por lo tanto, sus expectativas de volver a trabajar caen en picado.
Los datos están sacados de las estadísticas oficiales, aunque leídos en profundidad y no de forma propagandística, como hace el Gobierno. De hecho, ese dato es así incluso tomando las estadísticas oficiales, que sacan a nada menos que 1,4 millones de desempleados reales del recuento oficial.
El encargado de hacer una lectura real de la situación de los parados ha sido un sindicato: USO. Pero es un sindicato que no vive de las subvenciones, básicamente, porque el Gobierno prefiere concentrar sus pagos públicos en UGT y CCOO, de forma que las formaciones mayoritarias le deban favores y no le desestabilicen la calle pese a ser España el país con mayor tasa de paro de la UE, el de mayor pobreza infantil de Europa, el tercero de mayor pobreza relativa y el quinto en pobreza absoluta, según los datos oficiales de UNICEF y Eurostat.
El perfil de los parados de larga duración
"A partir de los 12 meses se considera que un parado es de larga duración. En esta situación se encuentra el 46,3% de los parados registrados. Uno de cada tres parados (30,8%) lleva más de 2 años en esta situación, una vez más, las mujeres que llevan más de 2 años en esta situación (larga duración) prácticamente duplican a los hombres", destaca USO.
"Las mujeres que llevan más de un año registradas como paradas son el 29,8% del total de las que están en esta situación. Una de cada tres mujeres que se encuentran en paro llevan más de un año registradas en el SEPE", explica el sindicato citado.
"Este volumen de parados de larga duración (todos aquellos con más de 2 años dejan de percibir la prestación contributiva) nos debería llevar a replantear la intermediación laboral que realizan los Servicios Públicos de Empleo y a repensar cómo poner los medios para ser más eficientes en ayudar a la búsqueda y consecución de un puesto de trabajo".
Esa función corresponde a Yolanda Díaz, inmersa en estos momentos en una pelea con el ministro de Economía al que ha calificado de mala persona por no defender una mayor reducción de la jornada laboral, justo cuando España encabeza la pérdida de competitividad en la UE y agrava año a año su deterioro en productividad.
La falta de prestaciones
"Es necesario un cambio en las políticas activas de empleo para mejorar la empleabilidad y dotar a estas personas de nuevas competencias y cualificaciones profesionales que les permitan incorporarse de nuevo al mundo del trabajo", añade.
Yolanda Díaz, mientras, no deja de inflar la euforia económica del Gobierno. Y lo hace, justo, cuando el dato de cierre de 2024 que festeja tanto el Gobierno incluye un paro real -sin borrados estadísticos- de casi 4 millones de desempleados, un 1,64% menos contratos indefinidos a tiempo completo y una sustitución y encima a medias -ya se crean menos parciales que los indefinidos a jornada entera- con contratos parciales.