
En pleno auge de la okupación en España, los particulares no son los únicos afectados por esta lacra, impulsada por la impunidad que el Gobierno y sus socios garantizan a quienes cometen este tipo de delitos. La Consejería de Educación y Cultura de la Comunidad Valenciana ha confirmado la okupación de Villa Amparo —la residencia de Rocafort en la que vivió Antonio Machado durante la Guerra Civil— y ha hecho un requerimiento oficial a los okupas, a través de la Policía Local, para que procedan al desalojo voluntario del inmueble. De lo contrario, según ha avanzado el Gobierno regional, se solicitarán medidas judiciales urgentes.
El Servicio de Patrimonio de la Consejería es el encargado de llevar a cabo el procedimiento, puesto que el inmueble, catalogado como Bien de Relevancia Local (BRL) y valorado en 1,4 millones de euros, fue adquirido por el Ejecutivo de Ximo Puig en 2018. Su intención era recuperarlo para uso cultural. Sin embargo, no fue hasta octubre de 2023, ya con Carlos Mazón en el Gobierno, cuando se contrataron los servicios para la redacción del proyecto de rehabilitación.
El estado de abandono del edificio es precisamente lo que, según denuncia la Asociación de Vecinos Antonio Machado de Rocafort, habría provocado numerosos intentos de okupación en los últimos años. El último de ellos, el pasado fin de semana, cuando dos hombres y una mujer consiguieron atrincherarse dentro, tal y como adelantó el diario Levante-EMV.
El proyecto de rehabilitación
Villa Amparo cuenta con una superficie construida total de 426,85 metros cuadrados y está ubicada en una parcela de 3.303 metros cuadrados. Machado residió en ella entre noviembre de 1936 y abril de 1938. Allí escribió varias obras y recibió a numerosos intelectuales de la época como Octavio Paz, Rafael Alberti, Pablo Neruda, María Zambrano o Max Aub, entre otros.
Según ha informado el Gobierno valenciano, la tramitación para el inicio de las obras de rehabilitación pasará a licitación próximamente y se prevé su adjudicación después del verano. La propuesta de actuación contempla una intervención integral que pondrá en valor tanto la construcción como su entorno, con el objetivo de recuperar el inmueble para uso cultural, respetando las características originales de la vivienda y sus jardines, y conservando los valores que motivaron su protección.
Así, la restauración prestará especial atención a elementos funcionales distintivos como la escalera imperial o la torre de Miramar, así como a materiales originales como las carpinterías de maderas nobles o los pavimentos de cerámica Nolla.
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