
Javier Milei avanza en la aplicación de las políticas liberales y de la ortodoxia económica al frente del Gobierno de Argentina. Así, el último paso tomado por el economista liberal-libertario ha sido eliminar el cepo cambiario para las personas físicas que, implantado por el Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner en octubre de 2011, restringía hasta el pasado lunes 14 de abril la compra de dólares con el objetivo de impedir la fuga de divisas.
Así lo anunció el presidente argentino el pasado viernes tras alcanzan un acuerdo con el FMI gracias al cual el Banco Central recibirá préstamos por 20.000 millones de dólares y obtendrá financiación adicional del Banco Mundial y del Banco Interamericano de Desarrollo. "Hoy es un día muy importante porque somos más libres, hemos roto otra cadena más, la más pesada y difícil, este cepo que se puso durante el final del Gobierno de Macri", señaló el presidente.
Nuevo régimen cambiario
Como informó el BCRA en una nota el pasado viernes 11 de abril, se levanta el cepo para las personas físicas, al mismo tiempo que se "eliminará la percepción impositiva existente a la adquisición de moneda extranjera" (permaneciendo solamente sobre el turismo y los pagos de tarjetas de crédito).
Así las cosas, gracias al fin del cepo cambiario, los ciudadanos en Argentina no soportarán las regulaciones que dificultaban la compra de divisas, pues este sistema ha sido reemplazado por un régimen cambiario de flotación libre entre los 1.100 y 1.400 pesos por dólar, donde el Gobierno intervendría si los valores son inferiores o superiores a esos montos.
Cabe recordar que el cepo cambiario fue implementado en primer lugar por el Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner en el año 2011 y que, con el tiempo, se fue endureciendo. En concreto, se restringió el acceso a divisas para viajes y transferencias al exterior, se aplicaron fuertes impuestos adicionales para compras con tarjeta en el extranjero y se multiplicaron los requisitos para comprar dólares. Además, en último término se estableció una tasa del 30% para la compra de divisas y se limitó a 200 dólares al mes.
En este sentido, las empresas sufrieron las restricciones específicas, como trabas para hacer transferencias al exterior y pagar importaciones, imposibilidad de girar utilidades a las casas matrices y tipos de cambio especiales para liquidar exportaciones, entre otras. Con todo, es evidente que estas restricciones fueron un factor de distorsión en la economía, ya que desincentivó la inversión e impidió en cierta medida el comercio exterior.
Evita la corrida bancaria
En todo caso, lo más importante es que, tras el fin del cepo cambiario, el peso argentino se ha depreciado en torno al 10% después de que el dólar subió 132,50 pesos, hasta 1.230 pesos por unidad. Sin embargo, pese a la depreciación, Milei ha logrado evitar que se produzca una corrida bancaria, tal y como esperaba buena parte de los analistas. Es más, la respuesta del mercado al fin de estas restricciones no se correspondió con las proyecciones de los analistas, que adelantaban una devaluación de entre el 15% y 20%.
De hecho, las políticas del Gobierno de Argentina han alimentado el optimismo inversor, pues tras el fin del cepo cambiario los títulos de deuda pública y las acciones argentinas experimentaron fuertes alzas. De este modo, en la Bolsa de Buenos Aires la renta variable subía hasta un 18% y los bonos soberanos argentinos avanzaban un 8% en promedio en sus cotizaciones en dólares.