En la comparecencia de este martes, Pedro Sánchez culpó a los "operadores privados" y emprendió un feroz ataque a las nucleares en el intento de defender el modelo energético de su Gobierno, bajo la lupa tras la catástrofe del lunes. En su intento de darle la vuelta a la situación, el presidente trató de culpar a las centrales hasta el punto de decir que "han sido un problema" señalando que requirieron de un aporte de energía en medio de la crisis, un argumento rápidamente desmentido por el sector.
En su afán de cargar contra las nucleares, Pedro Sánchez lanzó mentiras groseras hasta en datos fácilmente comprobables: "Desde hace varios días hay cinco reactores de los siete que no están generando energía por decisión de las propias empresas" al no ser "competitivas en precio" frente a las renovables.
Tampoco en esto dijo la verdad el presidente, que lanzó una frase que esconde varias falsedades, entre ellas el número de reactores en funcionamiento a las 12.33 del pasado lunes, el momento en que el sistema eléctrico se vino abajo. En ese instante, la nuclear estaba aportando el 10,52% de la generación eléctrica con los dos reactores de Ascó, la unidad II de Almaraz y el reactor de Vandellós. No había cinco reactores apagados sino tres, Almaraz I, Cofrentes y Trillo, según los datos publicados por el Consejo de Seguridad Nuclear, que ha confirmado esta información a LD.
Por otro lado, de los tres reactores apagados no todos lo estaban por motivos económicos: la central de Trillo está en recarga, es decir, renovando el combustible del reactor en un complejo proceso programado que suele durar mes y medio y en el que se aprovecha para acometer revisiones y renovaciones de equipos.
Cofrentes y Almaraz I sí estaban paradas por motivos económicos pero también sería matizable la afirmación del presidente de que no son "competitivas". Como vienen repitiendo en el sector y como señalaron las propias empresas propietarias al anunciar los cierres la pasada Semana Santa, a la situación de gran generación renovable y escasa demanda, que hundió los precios y las dejó fuera del mercado, se suman los impuestos que pagan y que suponen aproximadamente un 40% de sus costes operativos. Desde el sector hablan de "asfixia" y de presión "discriminatoria" frente a otras tecnologías y defienden que su competitividad viene lastrada por el Gobierno.
Por último, cabe recordar, aunque Sánchez no lo hiciera, que si dichos reactores estaban parados, sin "generar energía", es porque así se lo había autorizado el operador del sistema, Red Eléctrica, una empresa controlada por el Ejecutivo aunque ahora el presidente intente hablar de "operador privado".
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