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La verdadera razón del incremento de la desigualdad durante la crisis

Los ingresos han caído en todos los grupos de renta. El deterioro del mercado laboral, principal causa del aumento de las diferencias.

Pocos temas hay que hayan generado más debate público que el incremento de la desigualdad durante los años de la crisis. Y normalmente, se asocia este fenómeno con el enorme incremento en las rentas de unos pocos privilegiados, que han dejado atrás al resto. Pues bien, no es cierto. La caída en los ingresos desde 2007 ha sido generalizada. En todos los percentiles (tanto aquellos que ganaban menos como aquellos que estaban por encima de la media) se ha producido una disminución de las rentas. Eso sí, también es cierto que ha aumentado la desigualdad, pero lo ha hecho porque los ingresos de los primeros percentiles han caído más.

¿Por qué? Según el estudio "Distribución de la Renta, Crisis Económica y Políticas Redistributivas", de la Fundación BBVA y el Ivie, por el "cambio en la intensidad del trabajo". El 77% del aumento de la desigualdad, medido de acuerdo al índice Gini, se explica por esta circunstancia y el resto por el cambio en las rentas salariales. Es decir, el paro y el aumento de la jornada a tiempo parcial son las principales razones del incremento de la desigualdad. O lo que es lo mismo, si alguien está preocupado por este tema, su primer objetivo debe ser reformar el mercado laboral para incentivar el incremento del empleo, de la productividad y de la contratación a tiempo completo.

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Fundación BBVA

Lo primero que destaca cuando se habla de desigualdad en España durante la crisis es que éste tema ha cobrado actualidad especialmente en los últimos dos años, precisamente cuando se han estabilizado las cifras. Entre 2007 y 2011 se disparó el Índice Gini en nuestro país, pasando de 31,9 a 35,0 (tres puntos en cuatro años). Desde 2011 a 2013, apenas subió de 35,0 a 35,4. De hecho, estas cifras son parecidas a las que maneja Eurostat, entre 2007 y 2011 la desigualdad en nuestro país se disparó y desde entonces se ha mantenido más o menos constante.

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Fundación BBVA

En realidad, hablar de desigualdad no tiene mucho sentido si no se analiza cómo llega ésta. Por poner un ejemplo extremo: en un pueblo en el que todos cobren 50.000 euros, si a la mitad de los habitantes les suben el sueldo a los 100.000 euros, el pueblo será más desigual, pero nadie estará peor. O al revés, si al año siguiente vuelven a cobrar todos 50.000, habrá más igualdad otra vez, pero menos riqueza.

Del mismo modo, siempre que se habla de desigualdad hay que explicar si se trata de desigualdad de rentas (en este caso, España sí está por encima de la media europea) o en patrimonio (nuestro país es uno de los más igualitarios del continente en esta cuestión).

No sólo eso, la clave de la desigualdad también reside en si las diferencias llegan por arriba (hay un grupo de ricos que se enriquece a costa de los demás) o por abajo (hay muchas personas con ingresos muy reducidos que se alejan de la clase media). En España el problema es el segundo. Tenemos pocos ricos en comparación con nuestros vecinos de la UE, pocos hogares con altos ingresos y el nivel de renta y riqueza que acumulan estos hogares respecto del total está por debajo de lo habitual en otros países europeos. La peculiaridad de España es que tiene una enorme bolsa de población con ingresos muy bajos. Es decir, el problema no es que los situados en el percentil 80 o 90 ganen mucho respecto a los situados en el percentil 50 o 60; el problema es que los ingresos de los hogares de menos rentas están muy alejados de los ingresos de las clases medias.

En este sentido, sorprende el siguiente gráfico, que muestra la desigualdad entre los asalariados a tiempo completo en España entre 2004 y 2013. Como vemos, la tendencia ha sido decreciente de forma constante en la última década.

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F. BBVA

¿Y esto es compatible con el aumento de la desigualdad en el conjunto de la población? Sí, porque el problema ha estado en que millones de personas han perdido todas sus rentas salariales o han visto como éstas se desplomaban, debido a que cambiaban un trabajo a tiempo completo por uno a tiempo parcial

La siguiente pregunta sería si las políticas públicas han tenido algún impacto. Y la respuesta también es positiva. Como puede verse en el siguiente gráfico, el índice Gini pasa de estar por encima de 50 si se tiene sólo en cuenta la renta de mercado a estar por debajo de 30 si se mide la renta disponible ajustada (después de impuestos, transferencias monetarias y teniendo en cuenta el valor de los servicios públicos recibidos).

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Fundación BBVA
  • La diferencia entre Renta de Mercado y Renta Bruta viene marcada por las transferencias monetarias públicas. En este apartado, las pensiones públicas son el elemento que más interviene en la reducción de la desigualdad (lógico, puesto que implican una transferencia a hogares que no tienen otro tipo de ingresos).
  • Luego, un porcentaje mucho más pequeño (apenas 3,6 puntos de la reducción total de 45,7) corresponde al efecto redistributivo de los impuestos directos (diferencia entre renta bruta y renta disponible).
  • Por último, el efecto redistributivo de los servicios públicos (fundamentalmente, educación y sanidad) alcanza los 12,2 puntos. Es algo lógico, teniendo en cuenta que el gasto sanitario en especie per cápita ascendía a casi 1.300 euros en el año 2013 y el gasto educativo a casi 700 euros per cápita. En ambos casos, son los hogares con menos ingresos los que más se benefician y por lo tanto tiene sentido que la imputación de estos servicios suponga una reducción en los índices de desigualdad.
  • También es importante en el cálculo de la "renta ajustada" el efecto del alquiler imputado. Muchas familias españolas viven en una vivienda de su propiedad. De hecho, nuestro país es uno de los que tiene un mayor porcentaje de población que es propietaria de la vivienda en la que reside. Este alquiler imputado supone un descenso del índice Gini de unos 2,5 puntos aproximadamente.

Menos ingresos

Quizás el gráfico que explique todo esto mejor sea el siguiente, que muestra el crecimiento de la renta disponible por percentiles. Entre el año 2004 y 2007, creció una media del 2,5% anual y los percentiles por debajo del 50% se beneficiaron incluso algo más de esta subida. A partir de 2007, el crecimiento medio anual ha sido del -2,7%. Todos los grupos de ingresos han visto un descenso de su renta disponible, aunque los situados a partir del percentil 70 han sido los menos afectados. Mientras tanto, los situados en los percentiles 1-20 han visto caídas muy pronunciadas de sus ingresos.

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Fundación BBVA

De nuevo, el gran problema ha sido el del mercado laboral. Aunque en ocasiones se asocian de forma errónea con los millonarios o los grandes empresarios, lo cierto es que el grueso de los integrantes de los percentiles superiores son los asalariados con contrato fijo. Por ejemplo, según los datos de este mismo informe, el Percentil 75 (es decir, el que agrupa al 25% de la población con ingresos más elevados) equivale a una renta disponible per cápita de 11.500 (y algo más de 28.000 euros por hogar); y el Percentil 90 equivale a una renta disponible per cápita de 16.710 euros (unos 45.000 por hogar).

Renta disponible = renta de mercado + transferencias – impuestos directos – transferencias a otros hogares

Renta disponible no es equivalente a sueldo, es una cifra algo más baja. Pero las cifras sí nos permiten hacernos una idea de lo que estamos hablando. Ni mucho menos los percentiles 80 o 90 están formados millonarios. Por ejemplo, según el Decil de Salarios del Empleo Principal del INE el decil 90 comienza en un sueldo bruto de 3.353,8 euros al mes. O lo que es lo mismo: muchos asalariados que se consideran a sí mismos clase media están en el top 20-25 de los ingresos.

En este sentido, también ha dado mucho que hablar el siguiente gráfico, que divide a la población española en tres grupos. La llamada clase media, que tiene unos ingresos entre el 75% de la mediana y dos veces la mediana (según el INE, el salario bruto mensual mediano en España es de 1.602 euros al mes) ha pasado del 58,9 al 52,3% de la población. Son tres millones de personas que han perdido esa consideración de clase media. No es extraño, refleja más o menos el incremento del paro entre 2007 y 2013. De nuevo, como en otros muchos temas, el (mal) funcionamiento del mercado laboral es un muy buen indicio para explicar muchas cosas.

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