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Sánchez se quita la careta y anuncia una subida del IRPF

El PSOE se compromete a incrementar la tarifa del ahorro e insinúa que también subirá los tipos en la general.

El PSOE se compromete a incrementar la tarifa del ahorro e insinúa que también subirá los tipos en la general.
Pedro Sánchez, este lunes, en la presentación del documento "Un Sí por el cambio". | Flickr PSOE

Muchas promesas de nuevo gasto y pocos detalles con los impuestos. Así podrían resumirse los programas electorales de todos los partidos españoles (y no españoles, en esto los políticos no conocen mucho de nacionalidad). Dicho esto, en las últimas elecciones de diciembre de 2015, esta tendencia fue un poco más allá.

Todos los partidos, especialmente los de la oposición, compitieron por subir la apuesta en cuanto a los gastos: todos iban no sólo a revertir cualquier tipo de recorte que hubiera aprobado el Gobierno de Mariano Rajoy, sino que además iban a ir mucho más allá y a igualar el gasto en todas las partidas sociales al nivel de los países con más gasto público de Europa.

Lo que no explicaba nadie es cómo se pagaría. Y de todos, el que menos explicaciones daba era el PSOE. Ciudadanos planteó una reforma fiscal que apuntaba a una rebaja del IRPF, compensada con modificaciones en los tipos de IVA. Podemos basaba su programa en unas previsiones de crecimiento muy alejadas de los augurios más optimistas de los analistas, pero también dejaba claro que habría subidas en IRPF, Cotizaciones y Sociedades, además de un buen puñado de nuevos impuestos.

Sin embargo, con el programa socialista en la mano, tanto con el de diciembre de 2015 como con el de junio de 2016, no es tan fácil intuir por dónde irán los tiros. Se habla de forma genérica de una "reforma tributaria", pero se asocia a los impuestos sobre la riqueza. Luego, en el pacto que firmaron con Ciudadanos se avanza un paso más y se apunta a que los expertos convocados para la reforma también tendrán que dar su opinión sobre el resto de los tributos. Y poco más. En los grandes impuestos (IVA, IRPF o Sociedades) apenas hay medidas cosméticas, como imponer un mínimo del 15% para las empresas, una propuesta que se queda vacía de contenido cuando se establece la excepción de que no se aplicará "a los resultados contables que hayan tributado de forma efectiva en otro país".

Por eso, sorprende el cambio que los redactores del programa introdujeron este lunes en el documento "Un sí por el cambio. Compromisos para un SÍ al Gobierno del Cambio". En la parte dedicada a los impuestos, aparece una frase que no está en el programa y que afecta al más importante de todos los tributos que recauda la Agencia Tributaria española, el IRPF:

Una reforma fiscal que mantenga la tarifa del IRPF para las rentas medias y bajas e incremente la de las rentas del capital.

Lo primero que hay que decir es que la redacción de la frase no es especialmente afortunada. Mezcla "tarifa de rentas medias y bajas", sin explicar qué entiende por este concepto, con "rentas del capital", un apunte con el que nos imaginamos que se refieren a la base del ahorro. Así, parece que el PSOE promete que no subirá los tipos de la parte general a las rentas medias y bajas y, al mismo tiempo, que subirá los tipos de la base del ahorro.

La propuesta ha pasado relativamente desapercibida, pero supone un cambio de calado respecto a lo que dice el programa, con tres derivadas muy relevantes:

  • Los tipos de la base del ahorro subirán para todos. La escala del ahorro para este año va del 19% para los primeros 6.000 euros al 23% para los ingresos superiores a los 50.000 euros. Podemos lleva en su programa igualar estos tipos a los de la base general (que van del 19% al 45% a partir de los 60.000 euros). El PSOE no llega tan lejos pero sí se intuye un fuerte palo a los ahorradores para la próxima declaración de la renta.
  • Sin embargo, hay que tener en cuenta que la base del ahorro supone una parte mínima de la recaudación total. El grueso de los ingresos del IRPF llegan de la parte general. Y aquí se desliza la segunda sorpresa del documento. El PSOE habla por primera vez de este tributo, que simplemente no se nombra en el programa, para prometer que se mantendrá la tarifa "para las rentas medias y bajas". Y claro, si uno promete esto no hace falta decir que está reconociendo que subirá el impuesto al resto de las rentas.

La pregunta que hay que hacerse ahora es qué consideran Pedro Sánchez y Jordi Sevilla que son rentas "medias y bajas". No hay una explicación. Éste es otro clásico en los partidos políticos españoles, que siempre van a subir impuestos sólo a los ricos, pero nunca detallan qué es un rico para ellos. La realidad es que, cuando finalmente se conocen las medias, el contribuyente se da cuenta de que la definición de "rico" o de "clase alta" que tienen los políticos españoles no tiene nada que ver con un millonario en un yate o un avión privado, que es la imagen que suelen utilizar en los mítines.

Además, hay que tener en cuenta que subir los impuestos sólo a lo que la gente de la calle considera rico tiene un impacto recaudatorio bastante limitado. Por ejemplo, menos de 24.000 contribuyentes declararon en 2012 (son los datos de la Memoria Tributaria de 2013, la última publicada en la web de Hacienda) ingresos de la base general superiores a los 240.000 euros. Son menos del 0,1% del total de contribuyentes y aunque aportaron más del 5% de la recaudación total, está claro que no pueden ser la salvación del descuadre de las cuentas de la Hacienda.

De los 72.450 millones de cuota íntegra total del IRPF en 2012, el 50% lo aportan los contribuyentes de clase media, si calificamos así a los que tienen con una base imponible superior a los 24.000 euros e inferior a los 72.000 euros (esta "clase media", a pesar de su nombre, sólo acoge al 30% de los contribuyentes). Por su parte, los que ganan más de 72.000 euros, apenas el 2,2% del total de contribuyentes, suman otro 22% de la cuota íntegra total.

Lo que nos dicen todos estos números es que si alguien quiere incrementar de verdad la recaudación por IRPF tiene que subir los impuestos a lo que en lenguaje coloquial se considera "clase media trabajadora". Lo contrario es un maquillaje que sólo serviría para espantar a los asalariados de más poder adquisitivo sin tener apenas impacto en la recaudación. Además, nunca ha ocurrido. Todas las subidas y reformas fiscales que se han aprobado en nuestro país han acabado cargando un nuevo sobre la espalda de todos, ricos y pobres, pero, sobre todo, de la clase media, que es la que tiene una nómina y pocas posibilidades de escape. Con la del PSOE, sólo tenemos una frase mal redactada y no muy clara… pero lo poco que se intuye no es nada tranquilizador.

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