Menú
Daniel Rodríguez Asensio

Lo que le espera a España en 2020: déficit, paro y desafección internacional

El Gobierno que se formó ayer martes nace con un compromiso de incrementar el gasto en 35.000 millones de euros.

El Gobierno que se formó ayer martes nace con un compromiso de incrementar el gasto en 35.000 millones de euros.
Pedro Sánchez, en el Congreso | EFE

Pedro Sánchez se lo propuso y lo ha conseguido. A muchos españoles (votantes del PSOE incluidos) se nos han atragantado las uvas ante la batería de pactos y acuerdos que se presentaron el pasado 30 de diciembre. He de aceptar que nuestro presidente del Gobierno tiene una capacidad innata para cumplir lo peor que se espera de él.

  • Nadie pensó que sacaría adelante una moción de censura Frankenstein y sin motivo político. Lo hizo.
  • Nadie pensó que sería capaz de okupar instituciones públicas como RTVE o el CIS, al principio, ni la Abogacía del Estado o el BOE con intereses puramente partidistas e individualistas. Lo hizo.
  • Nadie pensó que blanquearía a terroristas, comunistas o independentistas. Lo hizo.

¿De verdad nadie piensa que va a cumplir a rajatabla con lo firmado en un acuerdo ambiguo, que no le compromete a nada pero se lo permite todo? Por supuesto que lo hará. Y lo pagaremos usted y yo.

2020 no puede empezar con peor pie. Los últimos datos hechos públicos entre tanto ruido político dibujan una España asolada por el virus socialista para 2020. Veamos:

Niveles de paro preocupantes

afiliacion-por-regimenes.png

Los últimos datos de empleo han situado nuestro mercado laboral en niveles de la última crisis de 2012 y 2013. Incluso empieza a asomar el desastroso 2011. La destrucción de los meses de octubre, noviembre y diciembre no ha sido menor, y los empleos más afectados por la subida del SMI ya están destruyendo empleo en términos interanuales. El Sistema Especial Agrario y el Sistema Especial del Hogar, dos de los más afectados por esta subida del SMI, están destruyendo un 4,1% y 3,4% de empleo, en términos interanuales, respectivamente

Y eso no ha hecho más que empezar. Según la consultora IHS Markit, las empresas españolas han sido las que más han empeorado sus expectativas entre junio y noviembre de 2019. No es para menos, con los sectores industrial y agrícola en crisis, y los servicios servicios agonizando lentamente, la demanda doméstica se va a ver seriamente mermada. Hacia esta dirección avanzan los indicadores de beneficios empresariales que se van conociendo. Además de los resultados de la Central Trimestral de Balances publicados por el Banco de España, que ya reflejaban un descenso en los ingresos durante el segundo semestre del año, los últimos datos ofrecidos por el Índice General de Cifra de Negocios también dibujan un escenario de ajuste empresarial, que pensamos se tornará en datos negativos durante el primer trimestre de 2020.

icn.png

El crecimiento interanual de la cifra de negocios empresarial ha sido del +0,3% en octubre, una décima menos que en septiembre y muy lejos del 4% que observábamos en el mismo mes de 2018. La tendencia, además, es decreciente. Debemos destacar, además, un descenso en el sector manufacturero del -2,8% interanual, que refleja la debilidad acumulada durante el último año.

Malas perspectivas, por lo tanto, para un país con casi un 14% de paro que va camino de convertirse en estructural. El pacto entre el PSOE y Unidas Podemos recoge nuevas trabas al empleo, al crecimiento de las empresas y a la contratación. Llama la atención la subida del SMI a 1.200 euros, habida cuenta del impacto que el propio Ministerio de Empleo ha reconocido sobre los más desfavorecidos. Una subida con la que sólo gana el Estado. La última vez que subió un 22%, el salario neto recibido por el empleado se redujo en 200 euros al año.

Finanzas públicas descuadradas

Otro elemento que va camino de convertirse en un foco de inestabilidad estructural son nuestras finanzas públicas. Hace unos días el Consejo General de Economistas previó lo que algunos llevamos advirtiendo aquí durante muchos meses: el déficit público puede dispararse hasta el 2,5%, frente al 1,3% tenía acordado el Ejecutivo de Mariano Rajoy con Bruselas.

El diferencial de ingresos frente al presupuesto a noviembre ya asciende a 27.000 millones de euros, confirmándose el modus operandi socialista: gastar lo que no se tiene basándose en estimaciones de ingresos de ciencia ficción. Los gastos son ciertos y, además, comprometidos; los ingresos se esfuman ante la incertidumbre y la irresponsabilidad. Como consecuencia, el agujero presupuestario se queda para las próximas generaciones en forma de deuda.

La solución del pacto de investidura no puede ser más preocupante: el Gobierno que se formó ayer martes nace con un compromiso de incrementar el gasto en 35.000 millones de euros:

  • Inversión del 5% del PIB en el año 2025 en educación. Esto supone algo más de 60.000 millones de euros, frente a los 46.000 que se está invirtiendo ahora. Incremento de 16.000 millones.

  • Inversión del 7% del PIB en 2025 en sanidad. Esto supone unos 84.000 millones de euros, frente a los 75.000 actuales. Incremento de casi 10.000 millones.

  • Indexación de las pensiones al IPC y eliminación del factor de sostenibilidad y el índice de Revalorización de las Pensiones de la Seguridad Social, lo cual supone entre 9 y 10.000 millones anuales, en función de la evolución de los precios.

Los ingresos incrementales, según las estimaciones del propio Gobierno enviadas a Bruselas en el plan de Estabilidad, serán de 5.000 millones de euros, siendo una cifra excesivamente optimista por los efectos adversos de la elevada imposición sobre nuestra economía.

Resultado, un agujero, a sumar al existente, de (al menos) 30.000 millones de euros. Estamos hablando de prácticamente duplicar el déficit de 2018 (30.500 millones de euros) y, por lo tanto, situarnos en un 5% de desajuste presupuestario.

Esto, en plena desaceleración económica y con riesgos severos de shock a nivel internacional, además de irresponsable, supone un nuevo foco de tensión con Bruselas, que no nos saldrá gratis en los mercados financieros.

deficit-1.png

Descrédito internacional

Muchos quizás hayan olvidado el desastroso episodio vivido en la embajada de México en Bolivia estas Navidades. El Gobierno de PSOE y Unidas Podemos aún no ha echado a andar y ya está tapando agujeros de Podemos, ese partido político cuya financiación nunca ha sido transparente y huele a comunismo bolivariano autoritario.

En 2020 habrá que tomar postura en la negociación comercial con Reino Unido para el Brexit. O mucho cambian las cosas, o nuestro Gobierno estará más preocupado por sobrevivir que por buscar el bien común para los españoles. Y la salida del segundo país que más aporta al presupuesto europeo no sólo es un reto per se, también hay que tener una postura fuerte para no estar en el saco de los perdedores el día 1 de enero de 2021, cuando la UE se enfrente a su nueva situación.

Este, sin embargo, no será el movimiento geopolítico más importante. Estados Unidos ha puesto su foco sobre Europa, y el sector agrario será uno de los objetivos clave por los aranceles encubiertos que supone la PAC.

España podría adelantarse y negociar previamente con Estados Unidos para que, en caso de poner aranceles a Europa, los ponga sobre artículos cuyo impacto nos afecte menos. En su lugar, pone blanco sobre negro la tasa Google como objetivo prioritario del nuevo Gobierno. Un impuesto que ya le ha costado aranceles del 100% a Francia por valor de 2.400 millones de dólares, un movimiento que el gobierno norteamericano ya ha dicho que repetirá con cualquier país que grave de una forma tan injusta a sus campeones nacionales.

El INE y el Consejo General de Economistas ya han avisado de que España cerrará 2019 con un crecimiento económico inferior al 1,9%. Esto supondrá 1,2 puntos porcentuales menos que en 2017, último año de Mariano Rajoy en el Gobierno. Los riesgos en la economía mundial son a la baja, y en España se acrecientan por su propia naturaleza económica y por evolución. Mientras unos venden emergencia climática para desviar la atención de la emergencia política, el país se empobrece. Hemos tardado muchos años en volver a ganar la confianza de los agentes económicos, y se está evaporando en unos pocos meses. 2020 no va a ser un buen año. Y, para un servidor, el éxito será lograr que no empeore.

Temas

En Libre Mercado

    0
    comentarios