Después de verse obligado a recortar la previsión de crecimiento nada menos que del 7 al 4.3% este año, ahora el Gobierno de Pedro Sánchez ha presentado una estrategia Fiscal a la Comisión Europea en la que no contempla subir impuestos entre 2022 y 2025.
Lo refleja el Programa de Estabilidad enviado a Bruselas en el que el ministerio de Hacienda, que dirige María Jesús Montero, señala que "por el lado de los ingresos, la estrategia fiscal 2022-2025 se ha planteado en un contexto de ausencia de medidas fiscales, salvo las relacionadas con reducciones de impuestos energéticos o ayudas extraordinarias por la guerra de Rusia".
En este sentido el Gobierno se justifica asegurando que "se ha trabajado en un escenario inercial a partir de los Presupuestos Generales del Estado de 2022, e incorporando únicamente el impacto de las medidas adoptadas en los últimos meses y hasta la fecha en repuesta a la crisis energética y los efectos económicos y sociales derivados del estallido de la guerra de Rusia en Ucrania".
Sin embargo, sí que recuerda este documento que España tiene pendiente "realizar un análisis en profundidad del sistema tributario en su conjunto, que permita su modernización y adaptación al contexto actual", y en base a ello sostiene que se llevará a cabo una reforma fiscal.
Es más, subraya el Gobierno en el texto que ya en 2021 se creó un grupo de expertos que a finales de febrero entregó una propuesta que de momento ha quedado en suspenso debido a las consecuencias de la invasión rusa de Ucrania.
Sin decisión sobre las reglas fiscales
Sin reforma fiscal a la vista, tampoco aclara el Ejecutivo en su programa si está decidido o no a reactivar las reglas fiscales. Se justifica recordando en el documento enviado a la Comisión que el impacto de la pandemia llevó a Bruselas a suspender las reglas fiscales en 2020, 2021 y 2022, y apunta ahora a que, de cara a su reactivación en 2023, se ha de tener en cuenta el impacto de la guerra de Ucrania.
En este sentido el Gobierno señala que "aún se encuentra pendiente de adopción la decisión final sobre la reactivación de las reglas fiscales, dado el innegable impacto negativo que el actual contexto internacional está provocando, entre otros, sobre las economías de los Estados miembros".
En cualquier caso, el Ejecutivo de Sánchez "mantiene y reafirma su compromiso con la estabilidad presupuestaria estableciendo una senda de reducción progresiva del déficit público que permita, al mismo tiempo, garantizar una recuperación inclusiva sin dejar a nadie atrás".
En concreto, la senda de estabilidad del Gobierno prevé un déficit del 5% en 2022, del 3,9% en 2023, del 3,3% en 2024 y del 2,9% en 2025, año en el que España saldría del procedimiento de déficit excesivo, al tener un déficit por debajo de la barrera del 3%.