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El infierno que les espera a hipotecados y ahorradores por el euríbor y el Gobierno

La inflación golpea al ahorrador y el fin del dinero gratis presionará al los ciudadanos que piden créditos. El Gobierno aviva el problema.

La inflación golpea al ahorrador y el fin del dinero gratis presionará al los ciudadanos que piden créditos. El Gobierno aviva el problema.
Un hombre usa tarjeta de crédito bancaria en un cajero en Huelva | Alamy

El panorama está cambiando drásticamente para el cliente bancario. Con una subida de precios completamente cronificada, la inflación está siendo letal para el bolsillo del ahorrador de a pie.

Teniendo en cuenta que el IPC ha alcanzado la friolera del 10,8% en julio, su nivel más alto desde septiembre de 1984, es posible hacer un sencillo ejercicio para visualizar la capacidad destructora de la inflación sobre el ahorro.

Por ejemplo, solo con el dato actual de inflación, cualquier ciudadano que tuviera 100.000 euros hace un año en un depósito bancario estándar (sin apenas remuneración) tiene hoy un poder adquisitivo equivalente a solo 89.200 euros. Es decir, la inflación se habría comido en un año la friolera de 10.800 euros del esfuerzo ahorrativo de ese particular.

Ante esta pesadilla inflacionista, buena parte de las esperanzas de estos ahorradores están puestas en la subida de tipos del BCE. El pasado mes de julio, el BCE dio un volantazo contra la inflación y anunció una (tardía) subida de tipos de 50 puntos básicos que deberá impulsar a la banca a premiar el ahorro en depósitos después de unos años donde su remuneración ha sido prácticamente nula.

El impuesto influirá en los productos bancarios

Sin embargo, la remuneración de los depósitos depende de la política comercial de cada entidad financiera, y en España la banca acaba de sufrir un inesperado golpe del Gobierno. Fue el pasado mes de julio cuando Pedro Sánchez anunció un impuestazo a banca y eléctricas que generó en ambos sectores tanta incertidumbre como indignación. En el caso de las entidades financieras, el Gobierno pretende embolsarse 3.000 millones de euros con este palo fiscal a estas compañías (1.500 millones anuales en los dos años que dure el tributo).

La obligación de pago comenzará en 2023 y supondrá una mordida del 4,8% de los márgenes de intermediación de las entidades bancarias, es decir, de las comisiones e intereses netos. Todos aquellos bancos cuyos intereses y comisiones brutas cobradas a los clientes en 2019 superaron los 800 millones de euros tendrán que rascarse el bolsillo, lo que incluye a entidades como Banco Santander, CaixaBank, Bankinter o Sabadell, pero también a otras firmas más pequeñas como Unicaja o Kutxabank.

Que el efecto directo de este sablazo a la banca se va a traducir en préstamos, intereses o comisiones más caras para sus clientes fue una de las principales críticas al plan fiscal del Gobierno, que respondió a las mismas incluyendo en la normativa la quimérica prohibición de que las compañías trasladen los costes de los nuevos tributos al particular. Si osan hacerlo, el Ejecutivo de Sánchez les multará con el equivalente al 150% de todo el gravamen repercutido a los clientes. La CNMC deberá vigilarlo.

Sin embargo, determinar qué parte de la subida de las comisiones o los tipos de interés de productos se hará por circunstancias del mercado y qué parte por la repercusión del impuesto será una tarea muy difícil de realizar. Pero lo que ya será imposible será detectar qué nuevas políticas en favor del cliente que pensaban hacer los bancos no sucederán por el tributo del Gobierno.

La remuneración de los depósitos es​​​​​​​ una de ellas​​​​​​​, que no es​​​​​​​ que no vaya a ocurrir​, pero fuentes bancarias​​​​​​​ ap​​​​​​​untan a que será en menor medida. "La banca tiene que enfrentarse a un nuevo gasto de 1.500 millones de euros al año en forma de impuestos y va a repercutir esa cifra todo lo que pueda en el cliente final, y lo hará remunerando menos los depósitos que lo que lo haría en circuns​​​​​​​tancias​​​​​​​ normales​​​​​​​ con la subida de tipos actual. Esta decisión, imperceptible para el Gobierno, la sufrirán los ciudadanos" aseguran desde una gran entidad financiera.

La estocada del euríbor

Otra eventualidad que afecta directamente al cliente bancario (en este caso, al deudor) está siendo la escalada del euríbor. El principal indicador de las hipotecas en España ha superado esta misma semana el 1,4%, un nivel propio del fatídico 2012 y que puede encarecer una hipoteca media (a 30 años y de 150.000 euros) en más de 100 euros al mes.

Esta situación, influida directamente por la subida de tipos del BCE, también repercute indirectamente en las hipotecas nuevas a tipo fijo, que se están encareciendo y hasta desapareciendo.

Pero no solo se va a elevar el precio de las hipotecas. El fin del dinero gratis supondrá una presión adicional al bolsillo de los ciudadanos que más acostumbran a endeudarse porque los créditos serán más caros. Lo mismo ocurrirá con la financiación de las empresas, que será más cara y más difícil de conseguir, aunque también más responsable. Una tormenta perfecta para el cliente bancario.

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