La vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, ha celebrado este martes el "compromiso europeo" de Francia tras anunciar que estudiará la construcción del gasoducto MidCat por el que España podría enviar gas natural licuado al resto de Europa. El Gobierno presume de lo que interpreta como un cambio de opinión por parte de Macron, gracias a la presión del presidente Pedro Sánchez y el canciller alemán, Olaf Scholz.
Scholz, que hace días ya insistió en la necesidad de impulsar la interconexión de gas de España con Francia por los Pirineos, ha invitado a Sánchez a participar en una reunión extraordinaria de su Gobierno. En Meseberg, a unos 70 kilómetros de Berlín, han analizado asuntos como la estrategia de seguridad y otros retos derivados de la guerra en Ucrania como la necesidad de garantizar el suministro energético. El canciller ha ratificado su "apoyo total" al MidCat, justo cuando Alemania vuelve a sufrir otro corte del gas ruso.
Para Scholz, se deben aprovechar las posibilidades que hay en Europa para hacer frente a la situación, y dijo que España y Portugal son países capaces de producir un excedente energético muy importante. "Es la gran tarea, la creación de una gran red europea (...) y queremos hacer lo posible para lograrlo", apostilló sin nombrar directamente al presidente francés Emmanuel Macron.
Los ecos de este frente común han llegado hasta el gobierno del Elíseo. El ministro francés de Economía, Bruno Le Maire, ha señalado que examinarán nuevamente el proyecto porque Sanchez y Scholz son "amigos": "Desde el momento en que el presidente del Gobierno español y el canciller alemán lo piden, desde que los amigos lo piden, examinamos la demanda de nuestros amigos, de nuestros socios", señaló brevemente ante los medios de comunicación franceses, que ni siquiera han dedicado una noticia o un espacio en el informativo a este asunto.
Un displicente "lo estudiaremos" por compromiso, se ha interpretado en el Gobierno como una gran victoria de Sánchez: "Recibimos con aprecio las palabras del ministro Bruno Le Maire esta misma tarde", ha dicho Ribera. "Pensamos que esa convicción con la que el ministro traslada el compromiso de Francia para trabajar junto con el resto de socios europeos a una respuesta adecuada para dar respuesta desde la perspectiva europea a la crisis".
Sin embargo, lo cierto es que Ribera no tiene ni idea de los detalles de los planes franceses. Insiste en que el compromiso de España es terminar la construcción del gasoducto en su suelo en 8 o 9 meses, pero a esta hora, ningún miembro del Gobierno francés se ha puesto en contacto con ella.
No he tenido la oportunidad de hablar con ningún integrante del Gobierno francés, pero (este anuncio) pone de manifiesto la voluntad de Francia de dar una respuesta europea", ha dicho Ribera. "Lo más destacable es que se ha producido en un movimiento en la buena dirección que pone de manifiesto el compromiso europeo del Gobierno de Francia", ha insistido.
El Ministerio francés de la Transición Energética señaló hace dos semanas sus fuertes reticencias a este nuevo gasoducto, a pesar de las declaraciones de varios responsables europeos a favor de la infraestructura en el contexto de la situación de precios de la energía históricamente altos debido a la invasión rusa de Ucrania.