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Los hogares disparan la compra de estufas ante el estallido de la crisis energética

La compra de estufas y chimeneas de leña crece un 30%, conforme las familias exploran nuevas formas de calentar sus hogares.

La compra de estufas y chimeneas de leña crece un 30%, conforme las familias exploran nuevas formas de calentar sus hogares.
Se dispara la venta de estufas de leña | Leroy Merlin

El fuerte aumento de los precios del gas y la electricidad ha empujado a millones de hogares a una situación límite. Ante una explosión de la pobreza energética sin precedentes, las familias están tomando medidas desesperadas, hasta el punto de que ya han trascendido ejemplos de comunidades de vecinos que han optado por prescindir por completo del servicio de calefacción de cara al invierno.

Evidentemente, el golpe económico asociado a la escalada de los precios de la energía puede amortiguarse con este tipo de medidas de racionamiento, pero no podemos ignorar las consecuencias directas de este tipo de decisiones, puesto que son millones de españoles los que residen en lugares donde los meses de invierno van de la mano de gélidas temperaturas.

Semejante escenario nos lleva directamente a la cuestión de la pobreza energética. No hay que olvidar que PSOE y Podemos acusaron a Mariano Rajoy de agravar dicho problema en un momento en que los precios del gas y la electricidad se situaban diez veces por debajo de los niveles actuales.

Según un estudio con datos de 2021 publicado por la Cátedra de Energía y Pobreza de la Universidad Pontificia Comillas, en España hay 8,1 millones de españoles en situación de pobreza energética. De esa cifra, 4,5 millones lidian con un problema de deudas financieras asociadas a la incapacidad de pagar sus facturas de la luz a tiempo. Además, 6,7 millones de ciudadanos viven con una temperatura inadecuada en su hogar.

Un invierno muy duro

Estos datos se han deteriorado más aún a lo largo de 2022. Aunque no disponemos de datos actualizados, la crisis inflacionista y la escalada continuada en los precios del gas y la electricidad tiene un efecto directo sobre estas variables. Y, no lo olvidemos, esta situación coincide con un fuerte retroceso del poder de compra de los hogares, que ha regresado a niveles de 2015.

Las familias están adaptándose a esta precaria situación planteando medidas de racionamiento y buscando alternativas. Por ejemplo, la venta de leña y de pellets se ha disparado en lo que va de año. Además, según datos de la patronal AEFFECC, el incremento en la demanda de estufas o chimeneas ya se sitúa por encima del 30%.

Pero incluso en estas fórmulas alternativas se dan encarecimientos notables. Por ejemplo, el coste del pellet se ha duplicado en relación con 2017. Así, si en 2017 se podía comprar un kilogramo de dicho combustible de biomasa por 26 céntimos, hoy hacen falta 50 céntimos. Además, en algunas provincias se han dado escenarios de escasez, por la entrada repentina de un volumen de compradores mucho mayor a lo que venía siendo habitual. En el caso del hueso de aceituna, que también se emplea como combustible de biomasa en este tipo de formas de calefacción, el encarecimiento acumulado también supera el 50% en lo que va de año.

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