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Los clientes de luz ya pagan más por la excepción ibérica que por su consumo eléctrico

Ni los clientes con placas solares evitan la sangría. La excepción ibérica de Ribera y Sánchez supera por momentos el precio de la luz consumida.

Ni los clientes con placas solares evitan la sangría. La excepción ibérica de Ribera y Sánchez supera por momentos el precio de la luz consumida.
Miramos las facturas con la calculadora en la mano | Eduardo Parra / Europa Press

El terror energético al que están sometidos los ciudadanos no hace sino acrecentarse con la famosa excepción ibérica de la que tanto presume el ejecutivo. Sí, esa misma que iba a conseguir que la factura de la luz, disparada casi ininterrumpidamente desde verano de 2021, se redujera más de un 40% (posteriormente, el Gobierno fue cambiando ese porcentaje de rebaja hasta el 15%).

Finalmente, aprobada la famosa excepción ibérica, el precio de la factura de la luz subió un 15% el mismo día en que entró en vigor.

Además, como el famoso límite (que no tope) que prometía el Gobierno al precio del gas en los mercados mayoristas no fue tal. El problema es que no es un límite, sino una fórmula para rebajar el precio que pagan a los ciclos combinados por el gas para producir electricidad. Una rebaja que, sin embargo, hay que compensar a los proveedores de gas. Y este valor fluctúa con el precio que alcance en los mercados esa materia prima, así como con la intensidad de uso que se haga de la misma.

Este mecanismo tiene dos direcciones. Una, establece la rebaja sobre el precio de la energía eléctrica. Una rebaja que, en la otra dirección, tiene que ser compensada a los proveedores de materia prima. ¿Y quién compensa ese precio? Los consumidores. Es decir, que lo que el mecanismo ibérico rebaja por un lado, nos lo cobra por otro. ¿Y cuánto supone esto en una factura? En muchos casos ya más del 100% del precio de la energía consumida.

La factura de la "excepción ibérica"

Cuando el Ministerio de Transición Ecológica diseñó el mecanismo y sus técnicos lo explicaron a la prensa en un "briefing" lleno de tecnicismos, la pregunta que unos y otros hicimos al ministerio era "¿quién va a pagar la compensación?" Es decir, que la rebaja del precio del gas cómo se iba a sufragar. En aquel momento los periodistas trabajábamos con distintas hipótesis: por un lado, vía presupuestos, por otro, vía déficit de tarifa. En fin, distintos métodos por los que, por un lado o por otro, todos los consumidores y contribuyentes tendríamos que asumir la famosa quita al gas. Pero lo sorprendente de aquel briefing fue cuando nos dijeron que cada mes en cada factura los clientes tanto de la tarifa regulada como del mercado libre, compensarían lo que se estaba rebajando. "¡Cómo!" Exclamamos desde Libre Mercado, "¿entonces lo que rebajan por arriba, lo meten por debajo en la factura?" La respuesta a esta pregunta fue que algo así, pero que se terminaría pagando menos.

La realidad ha terminado confirmando la sospecha

¿Las placas solares eximen?

Otra realidad llamativa es que los clientes de electricidad que tienen instaladas placas solares, pero que siguen enganchados a la red, también pagan la famosa excepción ibérica.

En su caso, aunque sus facturas son notablemente más bajas que las de otros clientes, el pago de la compensación es todavía más gravosa, ya que son clientes que ya han incurrido en un fuerte gasto y coste de oportunidad por la instalación de las placas.

¿Supone esto alguna rebaja en el cobro de la compensación por la excepción ibérica? No.

Dos ejemplos al azar de dos consumidores particulares y con dos compañías y tarifas distintas evidencian la realidad de la famosa excepción ibérica: el precio de la compensación alcanza el 100% del precio del consumo. Y en algunos tramos lo supera.

Cliente sin placas

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Factura correspondiente a los meses de agosto y septiembre

Este cliente, en plena ola de calor, en su factura correspondiente a los peores meses del verano, consumió electricidad por valor de 119 euros antes de impuestos. Que con las rebajas de su comercializadora se le habría quedado en el entorno de los 95 euros. Por el "coste tope del gas RDL 10/2022" paga 100,34 euros antes de impuestos.

Cliente con placas

En este otro ejemplo, vemos lo que sucede al cliente que tiene placas y que su consumo se concentra, básicamente en los momentos en los que no hay luz y las placas no funcionan.

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Factura correspondiente al mes de septiembre

En este caso, el desglose por periodos horarios refleja otra realidad pasmosa. La compensación por el mecanismo ibérico es más cara que la electricidad contratada en el tramo nocturno. Su consumo lo paga a 0,22 euros el kw/h y la compensación ibérica es a 0,24 euros kw/h. Es decir, que para este cliente y en ese tramo de consumo, la compensación por la excepción ibérica le sale más cara que la luz consumida.

La fórmula que se emplea para calcular este coste depende del precio que tenga el gas en los mercados mayoristas, y el consumo que haya tenido cada cliente, con lo que es dinámico y no quiere decir que vaya a seguir creciendo o que no pueda bajar a la mitad de lo que hoy supone. Pero lo cierto es que este verano, en plena ola de calor, algunos clientes han pagado esta compensación más cara que la propia luz consumida.

Que un consumidor, un cliente de tarifa eléctrica, pague la luz más cara o más barata que el sobrecargo de excepción ibérica en ese mismo periodo dependerá de muchos factores, fundamentalmente del tipo de factura que tenga, y de si está o no en el mercado libre. Pero lo cierto es que, para muchos tramos horarios de consumo, como es por la noche, a muchos clientes le saldrá más cara la excepción ibérica que el precio del kilovatio.

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