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¿Qué es el AGP y por qué al Gobierno le ha entrado ahora prisa?

El Gobierno acelera el proyecto para construir un almacén eterno para los residuos nucleares tras desactivar el ATC.

El Gobierno acelera el proyecto para construir un almacén eterno para los residuos nucleares tras desactivar el ATC.
Almacenamiento de combustible gastado en un contenedor | Foro Nuclear

Unos días después de que se conociera la renuncia del Gobierno al almacén temporal centralizado para almacenar el combustible gastado de las centrales españolas, el ministerio de Teresa Ribera ha impulsado unas jornadas internacionales sobre el próximo reto de los residuos nucleares: construir un almacén donde depositarlos para siempre.

A su inauguración acudió la secretaria de Estado de Energía, Sara Aagesen, que indicó que el interés del Ejecutivo es que España disponga de estas instalaciones "cuanto antes", unas prisas que contrastan con la desidia del Ejecutivo con el ATC, la solución más barata y eficiente, según los expertos, para almacenar los residuos hasta la construcción de su almacén definitivo y que el Gobierno ha sustituido por siete almacenes, uno por central.

¿Qué es el AGP?

La última versión del Séptimo Plan de Residuos Radiactivos esboza un calendario sobre la construcción del denominado Almacén Geológico Profundo (AGP), que se quiere tener listo para 2073 aunque, según Aagesen, el deseo es acortar los tiempos. Se trata de un almacén subterráneo construido en terrenos considerados geológicamente estables, a una profundidad de entre 500 y 1.000 metros. En el mundo sólo existe uno, el WIPP, en Estados Unidos, destinado a residuos nucleares militares, pero ya está en construcción uno en Finlandia mientras que países como Francia, Reino Unido y Suiza también tienen avanzados sus proyectos.

El hecho de que el Ejecutivo desee adelantar la construcción de este almacén es una de las consecuencias de renunciar al ATC. Entre las ventajas del almacén temporal estaba que permitía liberar totalmente los terrenos de las centrales tras su cierre. Además, disponer de un ATC, que se quería mantener operativo durante sesenta años, habría dado margen hasta el siguiente paso.

Según el consenso internacional, el AGP es la solución más eficaz para los residuos nucleares de alta actividad, aquellos que emiten radiación durante miles de años y para los que en los años setenta llegaron a plantearse soluciones como sumergirlos en fosas marinas o incluso lanzarlos al espacio.

Con este proyecto, España se sumaría a otros países que tienen estas instalaciones en sus planes. Según el presidente de Enresa, José Luis Navarro, estos años de experiencia internacional servirían para que nuestro país acortara los plazos.

Blindarlo por ley

En su intervención, Navarro recordó que el AGP lleva sobre la mesa desde 1987 pero que los estudios se paralizaron en 1996. Desde Enresa, señaló, tienen el máximo interés en una instalación que permitiría "recortar costes" y "liberar emplazamientos nucleares". La cuestión esencial es tener en cuenta "el tema social y la participación pública" y llegar a "proyectos consensuados" y claros". Ahora toca, en su opinión, la tarea de "sensibilizar" y "compartir" para empezar a dar pasos lo antes posible.

Después de que el Gobierno achacara el portazo al ATC a motivos sociales tras años de retrasos, polémicas y rifirrafes políticos, Navarro apuntó que será necesario "aspirar a lo máximo", a una ley que blinde el proyecto, "con una mayoría importante" y que dote al almacén "de una estabilidad en el tiempo" ante "gobiernos locales que van cambiando" y "una opinión pública que evoluciona". Tiene que ser a su juicio una "cuestión de Estado, atemporal, que prevalezca sobre cualquier cambio de gobierno".

Un proyecto "DADA"

Similar consideración hizo el presidente del Consejo de Seguridad Nuclear: Juan Carlos Lentijo destacó que lo más importante ahora es fijar unos criterios para la selección del emplazamiento y "acertar con los aspectos sociales y sociopolíticos". "Si no acertamos, el nivel de frustración va a ser importante y vamos a tener problemas con la gestión de combustible a largo plazo", indicó.

Más elocuente fue el ingeniero José Antonio Gago, que avisó del peligro de que este proceso acabe en "DADA": "Se decide, se anuncia, se defiende y se abandona", en clara alusión a lo ocurrido en Villar de Cañas con su elección en 2011, la batalla contra el proyecto de políticos y ecologistas y su progresivo abandono hasta el carpetazo final.

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