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Chicles con alarma y panettones a plazos: el disparate de hacer la compra en Argentina que acecha a España

El populismo argentino sirve de inspiración para algunos miembros del Gobierno de Sánchez, como Yolanda Díaz.

El populismo argentino sirve de inspiración para algunos miembros del Gobierno de Sánchez, como Yolanda Díaz.
El delirio de las tiendas en Argentina

"Argentina, un lugar"

"Absolutamente acabados. Fin"

Estas son las frases que más se repiten en la exitosa cuenta de Twitter del economista y profesor universitario, Manuel Adorni. Este argentino recoge el día a día de las nefastas consecuencias que han traído a su país el peronismo y una política monetaria completamente errática.

Con la inflación desbocada, hacer la compra básica en Argentina se ha convertido en todo un calvario para una población que cada vez se hunde más bajo el umbral de la pobreza. Ardoni se encuentra a diario con todo tipo de situaciones delirantes en las tiendas o en las grandes superficies que no duda en sacar a la luz. "Para que se sepa que el populismo argentino es un auténtico fracaso y no se extienda a países como España" señala a Libre Mercado.

Una de sus ultimas publicaciones es la venta de un bizcocho en irrisorias porciones. "Los ciudadanos argentinos están tan empobrecidos que no les alcanza para pagar un pastel entero. Es una locura, que pasa con todo. Muchos fabricantes lanzan un producto que se puede partir de alguna manera, y en la tienda lo tienen que dividir porque sus clientes no pueden comprarlo entero" cuenta.

En la siguiente imagen se observa como otro usuario de la red social comparte con él una foto de tartas... también a la mitad.

Otra de las consecuencias de la erosión sistemática del poder adquisitivo de la población argentina son las compras a plazos de la cesta básica.

"La clase media argentina antes era la que se podía permitir tener un carro, irse de vacaciones 15 días a la costa y tener un sueldo decente para vivir. Ahora, la clase media es la del argentino que puede comer todos los días varias veces, porque ya hay 4 millones de argentinos que solo pueden comer una vez al día. A los argentinos se les acabaron los restaurantes, los cines y los teatros y ahora hasta tienen que hacer la compra a plazos" lamenta Ardoni.

Entre todos estos episodios surrealistas, este economista también se ha encontrado con productos que son baratos en cualquier lugar del mundo, pero que se han convertido en todo un lujo en Argentina, como los chicles o las latas de atún. Tanto, es así, que los supermercados tienen que incorporar una alarma de seguridad en sus envases para que no los roben.

No todas las fotos que comparte Ardoni las hace él, algunas se las mandan usuarios por las redes sociales, "pero es completamente real, yo todo lo he visto con mis propios ojos". El economista recuerda que "antes solo le ponían alarma a los licores, lo normal, y ahora he visto hasta queso rallado alarmado, una muestra también de la degradación social del país, que es que la gente robe cosas que cuestan 90 centavos de dólar" apunta.

Argentina, inspiración para Yolanda Díaz

El pasado mes de septiembre, Yolanda Díaz tuvo una idea para batir la inflación inspirada en el modelo argentino. La ministra de Trabajo propuso elaborar una lista de productos básicos con precios intervenidos, al menos, hasta Navidad. Para armar su particular cartilla de racionamiento, Díaz dijo que quería "lograr un acuerdo con las distribuidoras para topar los precios del pan, la leche, los huevos o la fruta". Tal fue la lluvia de críticas que recibió, que Díaz no ha vuelto a hablar del tema. Su ocurrencia llegó hasta las noticias de Argentina.

Fue en el año 2014 cuando Cristina Fernández de Kirchner orquestó el mecanismo liberticida de los Precios Cuidados. La prueba irrefutable de la inutilidad de este programa es que la inflación ha seguido disparada en el país y por encima de los dos dígitos desde su puesta en marcha. A día de hoy, hay más de 1.000 productos con el precio restringido en el país y el último dato de inflación del mes de octubre es demoledor: el 88% interanual y el 6,3% mensual.

Ardoni advierte a España de que "no se les ocurra dar un paso más hacia el populismo. No permitan el avance del Estado frente a las libertades individuales o estarán perdidos. Hubo un tiempo en el que nosotros mirábamos y analizábamos cada mes el dato de inflación como hacen ustedes ahora, pero ya nos hemos acostumbrado al delirio de que los precios suban un 4% al mes" lamenta.

La "locura" de precios es tal en Argentina, que "sufrimos inflación de alta frecuencia todas las semanas, lo que supone que en las tiendas se pasan el día haciendo carteles y modificando precios" relata Ardoni. Esto genera errores constantes en la cartelería como el siguiente. Argentina solo saldrá de la situación en la que se encuentra "si pone fin a la política monetaria de imprimir billetes y a la feroz carga fiscal que hace que la mitad del país trabaje en negro" señala Ardoni, que mira a España con cautela.

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