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Pedro Pablo Valero

El drama del euríbor y la ridícula rentabilidad de los depósitos bancarios de los ahorradores

Es cierto que nos desaniman a endeudarnos pero nos empujan más al gasto que al ahorro, que es justo lo que no deben hacer.

Es cierto que nos desaniman a endeudarnos pero nos empujan más al gasto que al ahorro, que es justo lo que no deben hacer.

Las familias con ahorros no han notado en exceso la fuerte subida de tipos del año 2022 (todas en su segunda mitad) que los han llevado del negativo al 2,5%. Primero porque los depósitos bancarios han mejorado su rentabilidad mucho menos y segundo porque con una inflación acumulada en España superior al 8%, la pérdida de poder adquisitivo del dinero, incluso aunque ofrecieran un 4% de intereses, sería notable. Sin embargo, si esa misma familia está endeudada con una hipoteca a tipo variable referenciada al Euribor, sí que ha sentido en su economía la acción del BCE.

La media mensual más baja de la historia del Euribor a 12 meses -la principal referencia para las hipotecas a tipo variable- fue el -0,505% de enero de 2021, no hace tanto; sobre todo si tenemos en cuenta que la segunda más baja fue en diciembre de 2021: -0,502%. Algunos estuvimos años denunciando la aberración de los tipos negativos, especialmente cuando los emisores de deuda cobraban intereses por endilgársela a los que la compraban, pero es cierto que a los hipotecados a tipo variable esta circunstancia les vino muy bien. Y también les benefició la indolencia con la que BCE en 2022 asumió la subida de la inflación, hasta el punto de no subir tipos hasta julio. De hecho, el Euribor a 12 meses siguió estando en negativo hasta la media de abril, que fue del +0,013%. En agosto ya se superó el 1%, en septiembre el 2% y se está acabando 2022 por encima del 3%.

Esta velocidad de los últimos meses ha impactado mucho en la economía de las familias que han tenido la mala suerte de ver revisada su cuota hipotecaria anual justo en este periodo. Tras años de tipos que probablemente nunca soñaron (¿quién se imaginaba un Euribor en negativo hace diez años?), se han visto sorprendidos por un BCE que ha trocado una política extremadamente acomodaticia a otra radicalmente distinta, que se ha visto obligado a imponer tras sus irresponsables medidas de la última década. Pero más allá del banco central, es poco comprensible la actitud de la banca en España, que no ha trasmitido a los clientes con ahorros, como sí lo hace con los endeudados, la subida de tipos.

Los depósitos siguen dando una rentabilidad ridícula y las entidades financieras siguen empeñadas en vender fondos y productos de inversión propios para captar la liquidez de los clientes. Es decir, pagamos más por las deudas pero obtenemos menos por los ahorros, y eso es contradictorio ya que es una medida inflacionista. Si el endurecimiento de la política monetaria busca reducir la liquidez en circulación y que gastemos menos, lo que hacen los bancos es justamente lo contrario: si ahorrando perdemos dinero, al final nos animan a gastarlo. Es cierto que nos desaniman a endeudarnos, y de ahí el posible efecto negativo en la economía si reducimos las compras de propiedades inmobiliarias o de automóviles (dos productos con gran peso en el PIB) pero nos empujan más al gasto que al ahorro, que es justo lo que no deben hacer.

También es cierto que lo que buscan los estados es que nos animemos a comprar deuda pública. De hecho, ahora mismo es más rentable comprar letras a 9 y 12 meses que la inmensa mayoría de los depósitos bancarios en esos mismos periodos. Pero dudo mucho que las entidades financieras actúen así para hacer un favor al Tesoro público, más bien creo que no están nada seguros de la duración de los tipos de interés "altos" (en Estados Unidos muchos descuentan que la Fed bajará tipos a finales de 2023) y quieren aprovechar estos meses para aumentar márgenes y/o vender productos propios. Pero no es sólo eso, hay un dato que llama la atención, y es que España es ahora mismo uno de los países de Europa que menos remunera el ahorro de sus clientes y en ello también está implicado nuestro gobierno: el nuevo impuesto a la banca no ayuda a que los bancos aumenten la rentabilidad de sus depósitos. Una vez más, el intervencionismo se vuelve en contra del consumidor.

Así que nos encontramos con unos hipotecados que cada vez pagan más y unos ahorradores que pierden poder adquisitivo (como por cierto lleva pasando años) por lo que la subida de tipos perjudica a todos. Las malas políticas de BCE, tanto durante la última década como en 2022, actuando tarde y muy de golpe, en lugar de en forma escalonada, han desconcertado a los hipotecados a tipo variable. Ya es tarde para pasarse a un tipo fijo, ya que es probable que los tipos "altos" duren mucho menos que la duración restante de la hipoteca. Estando en los bancos centrales los mismos que creyeron que los tipos de interés negativos durante años eran una buena idea y con un BCE que se resiste tanto a reducir balance, es lógico pensar que, a la que puedan, volverán a bajar tipos y a comprar deuda para ayudar a los endeudadísimos estados. Aunque ahora no lo parezca, lo tienen peor los que tienen ahorros, que o se arriesgan con la bolsa o se animan a comprar deuda, porque dejando el dinero parado en el banco, van a seguir perdiendo. Qué pena que se castigue tanto al ahorro en este país.

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