Las asociaciones del campo han decidido recopilar lo que denominan como "disparates" del Gobierno de Pedro Sánchez en materia agrícola y ganadera. Ya han visto pasar ante sus ojos exigencias como la de registrar en un diario todos los movimientos que realice un animal pastando: el diario de la vaca. Han recibido, sin saber cómo amoldarse, obligaciones sobre conocimientos informáticos para poder recibir fondos de la PAC. O han asumido un ataque a las grandes granjas y a las denominadas ovejas pastor, quitándoles la posibilidad de usar el pastoreo para eliminar materia inflamable. Y no dejan de llegar disparates oficiales. El último parece salida de la boca de la mítica señorita Rottenmeier: una rígida regulación sobre los restos de poda y ramas que pueden y deben quedar en el suelo sin recoger.
La nueva pesadilla de los trabajadores del campo ha llegado bajo un eco régimen denominado "Cubierta inerte". Figura en los requisitos impuestos por España para poder acceder a los fondos de la PAC europea.
Desde la Asociación Asaja Córdoba señalan que "en el caso de que la cubierta sea inerte con los restos de la poda, el eco régimen señala que "se deben depositar sobre el suelo una cantidad de restos de poda que ocupe una superficie mínima, en cada calle del 40% de la anchura libre de la proyección de copa, y que sea suficiente para permitir alcanzar los beneficios medioambientales de la práctica, no pudiendo ser esa anchura inferior a 0,5 metros". Cero flexibilidad. Cero adaptación a cada tipo de plantación. Todo regulado sin aceptar cambios demandados por los propios agricultores.
Asaja advierte de que "llevar a la práctica que los restos de la poda ocupen el 40% de la anchura libre de la proyección de copa no es algo que pueda ajustarse en cada parcela". Es decir, "las picadoras-trituradoras de restos de poda tienen una anchura de trabajo definidas por los fabricantes", señala Asaja. "El agricultor acordona sus restos de poda y pasa su trituradora que tiene esas características concretas de anchura y no puede decidir libremente la anchura con la que quedan esparcidos los restos en el suelo, sino que tendrán la anchura de trabajo de la trituradora, que podrá en algunas plantaciones llegar al 40% de la anchura libre de la proyección de copa y en muchos otros no llegará", aclara la asociación del campo.
Para esta práctica, simplemente, el Gobierno debería "comprobar que se trituran los restos de la poda y que quedan esparcidos en el suelo, fin. Sin exigir una anchura determinada, pues ya la misma práctica garantiza los beneficios de reducción de gases de efecto invernadero y aumento del carbono orgánico del suelo", concluyen los expertos de Asaja.
"¿Qué va a hacer el agricultor? ¿Ir detrás de la trituradora para esparcir aún más los restos de la poda? ¿Gastar más gasoil? Es absurdo. Otro disparate de la nueva PAC", señala la asociación de agricultores.
Pero lo cierto es que, sea como sea, el campo sigue descubriendo las increíbles exigencias del Gobierno de Sánchez impuestas como condición para cobrar las ayudas europeas de la PAC. Otra de las últimas ha sido calificada directamente de locura por muchos de los afectados: dejar que se agrieten terrenos. Esta aparece como otro eco régimen y ha sido bautizado como exigencia de la "cubierta vegetal espontánea o sembrada" y de las "cubiertas inertes de restos de poda".
Desde Asaja Córdoba explican igualmente que "una de las cuestiones que introducen los eco-regímenes para el cultivo de leñosos (olivar, almendro, cítricos, etc.) es que se prohíbe la aplicación de fitosanitarios de manera radical en las cubiertas vegetales, algo que hasta la fecha sí está permitido en las ayudas agroambientales, "las más respetuosas con el medio ambiente". Parece ahora que lo que era bueno antes, ahora ya no lo será". Pero la norma va a más: "También se prohíbe labrarlas o levantarlas, aunque sí se permitirán aquellas labores superficiales para adecuar el terreno para la siembra de las cubiertas. No obstante, para este año, Andalucía ha publicado una excepcionalidad que permite una única labor vertical superficial anual, que no altere la estructura del suelo y de manera que no permanezca desnudo en ningún momento".
Pero el problema llega especialmente "en las tierras de bujeos (vertisoles), muy comunes en la campiña cordobesa, que se agrietan en verano y necesitan alguna labor para tapar las grietas. No hacerlo da lugar a pérdida de humedad, de aireamiento de las raíces, a problemas de cárcavas y erosión y no facilita el semillado de la cubierta. Es decir, limitar las labores en la época estival, será más perjudicial que beneficioso". Porque, literalmente, las prohibiciones impuestas impiden evitar esas grietas en el terreno.