Este es uno de los artículos que escuecen a los economistas cuya vida profesional pasa por leer papers y sumarse a las corrientes ideológicas predominantes pero que no han pagado una nómina en su vida ni han luchado por un cliente. Y muy especialmente a esos que están en la órbita mediática del Gobierno.
La economía española va camino del abismo. Sí. Ya sé que no tenemos tan siquiera un trimestre con dato de crecimiento de PIB negativo (en el cuarto trimestre creció un 0,2%) y que el mercado laboral registra cifras que son máximos históricos. Pero eso no es más que puro maquillaje para proclamas políticas y discursos vacíos.
Esta semana era crucial para conocer el estado real de la situación española y el análisis de la EPA y la Contabilidad Nacional deja un evidente suspenso. En esta columna venimos advirtiendo del encefalograma plano que presenta el sector privado nacional (lean y lean). Lo que hemos visto con estas dos publicaciones del INE es el traslado de esta situación a la contabilidad nacional y la certificación de que nuestro país está en estanflación.
Veamos las cifras más relevantes de la Encuesta de Población Activa que se publicó el jueves:
- España ya destruye empleo: 82.000 ocupados menos (la mayor destrucción desde 2013) y el paro vuelve a crecer, algo que llevábamos sin ver en un cuarto trimestre desde 2017.
- La destrucción de empleo se agudiza en el sector privado: 100.000 trabajadores menos en tan sólo 3 meses, una cifra no vista desde la crisis de 2011.
- El grupo de edad donde más sube el paro es entre los más jóvenes.
Y el análisis de la Contabilidad Nacional es aún más sencillo (y preocupante): TODOS los componentes que dependen del sector privado (tanto hogares como empresas) presentan tasas de crecimiento trimestral negativas. Tan sólo impulsan a la economía el sector público (que pagamos entre todos a base de impuestos) y las instituciones sin fines de lucro, que fundamentalmente se financian a base de subvenciones.
Estoy seguro de que todo el mundo va a entender lo que digo con este ejemplo gráfico: Mientras el consumo de las administraciones públicas está creciendo al mayor ritmo desde mediados de 2007, el consumo final de los hogares está hundido a ritmos que no vimos desde el primer trimestre de 2020, cuando España llevaba 1 mes encerrada en casa como consecuencia de la pandemia.
Esa es la situación de la economía española: Sector privado ahogado y lanzando un SOS, y el sector público gastando lo que no tenemos con el único objetivo de maquillar las cifras estadísticas y ganar las próximas elecciones generales.
Veamos cuál es la situación de España con respecto a 2019:
- Seguimos siendo el único país europeo que no ha recuperado los niveles de riqueza previos a la pandemia.
- En términos reales (esto es, teniendo en cuenta que la inflación ha impulsado artificialmente el valor de nuestros bienes y servicios) hemos necesitado endeudarnos por valor de 9 euros por cada euro de crecimiento que arrojan las cifras del PIB.
- En España hay 25.000 autónomos menos.
- ¿Máximo histórico de creación de empleo? El 52% del empleo creado son funcionarios pagados por el sector público, y en muchas ocasiones con un contrato de trabajo temporal.
Todo un éxito: Somos más pobres, estamos mucho más endeudados, y todo lo anterior con un sector público que se convierte en un Leviatán que está engullendo al resto.
¿España ha esquivado la recesión? Eso está por ver. Desde luego, los indicadores no son positivos. Si el sector público continúa gastando lo que no tenemos, bien sea deuda pública o fondos NextGeneration EU, las cifras macroeconómicas podrían seguir mostrando estancamiento económico en lugar de recesión. Pero eso difícilmente solucionará el problema que tenemos en el mercado laboral, ni en la sostenibilidad de las finanzas públicas.
Los datos que venimos conociendo en los últimos días avanzan hacia una estabilización de la situación económica en la Eurozona que da alas a una mejoría de nuestros principales socios. Esto podría impactar positivamente en el sector exterior y en el turismo, que han sido dos de los sectores más dinámicos de 2022.
Nada de esto, sin embargo, solucionará el enorme problema que se está generando en el sector productivo de nuestro país. Las empresas están ahogadas a impuestos e inflación, con un Gobierno cuyo principal hobby es atacarlas sistemáticamente, y sin un consumo privado fuerte que les permita sobrevivir.
La situación actual solamente puede tener una salida, si es que queremos seguir en la zona Euro: Una crisis de deuda que colapse las finanzas públicas. Ese es el camino que estamos recorriendo, y no estamos siendo capaces de entender que lo que hoy el mercado nos da porque nuestra deuda pública tiene una rentabilidad superior a Alemania o Estados Unidos mañana nos lo quita porque el riesgo también es mucho mayor que en esos países.
Muchos llevamos diciendo mucho tiempo que no hay nada que celebrar. Hoy la contabilidad nacional y la EPA ya lo reflejan en las cifras macro. Y el Gobierno, mientras tanto, continúa más preocupado en maquillar los problemas que en solucionarlos. Lo pagaremos.