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Así fracasa el modelo económico argentino de control de precios que quiere Podemos

Controlar la inflación de esta manera es un error porque la causa de la subida de precios no son los supermercados.

Controlar la inflación de esta manera es un error porque la causa de la subida de precios no son los supermercados.
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Desde las últimas semanas hemos venido escuchando declaraciones de los distintos cargos de Podemos donde siguen insistiendo en la necesidad de limitar los precios de los productos que se venden en los supermercados. El pasado 21 de enero pudimos escuchar a Ione Belarra acusar al presidente de Mercadona de "capitalista despiadado" y decir de él que "se está llenando los bolsillos" en esta crisis inflacionista, al tiempo que pedía un "tope de los precios", aquí lo podemos ver:

Este tipo de ocurrencias tienen un final que en nada se parece al que estos ideólogos pretenden llegar, pues rara vez los efectos deseados con un control de precios coinciden con los efectos obtenidos. Un país que es muy admirado por la ministra de Igualdad Irene Montero, y que también lleva aplicando un control de precios sobre los supermercados desde hace varios años es Argentina.

El país hispanoamericano se caracteriza por tener una inflación elevadísima, de más del 90% en la actualidad, y por recurrir de forma habitual al control de precios para justamente tratar de controlar esta inflación.

A la luz de estos datos, surge esta pregunta: ¿tiene algún impacto positivo el control de precios sobre los supermercados?

Gracias a un ‘paper’ del año 2021 de los economistas Diego Aparicio y Alberto Cavallo sobre los controles de precios aplicados en los productos de los supermercados en Argentina desde el año 2007 hasta el año 2015, podemos dar respuesta a esta pregunta.

Dicho trabajo también incluye una base de datos con más de 50.000 productos vendidos por uno de los mayores supermercados de Argentina, y con alrededor de 1.400 bienes que estuvieron bajo el control de precios en algún momento del periodo comprendido entre 2007 y 2015.

El estudio arrojó una serie de conclusiones, destacamos las cinco más importantes:

  • El efecto de los controles de precios sobre la inflación agregada fue pequeño y temporal.
  • A pesar de que los productos controlados rara vez fueron descatalogados, la probabilidad de que se agotaran temporalmente fue mayor. La probabilidad de que haya existencias es un 15% mayor para los productos no controlados que para los productos controlados.
  • Durante una de las fases del control de precios, se dejaron de vender unos 100 productos y otros 200 desaparecieron al finalizar estos controles.
  • Desde el año 2014 hasta el año 2015 la disponibilidad de los bienes controlados se redujo considerablemente. (Véase el siguiente gráfico)
evolucion-de-la-disponibilidad-de-los-productos.jpg
  • Las empresas reaccionaron ampliando su línea de productos con nuevas variedades a precios más altos para tratar de compensar las menores ganancias por los productos controlados.

Los economistas señalan que "nuestros resultados sugieren que los controles de precios selectivos son tan ineficaces como las formas más tradicionales de control de precios a la hora de reducir la inflación agregada".

En este mismo trabajo se mencionan otros estudios que arrojan conclusiones en la misma línea que la que muestran los autores. Así pues, algunos estudios muestran como las empresas pueden reducir la calidad hasta que se elimina la escasez provocada por los precios máximos obligatorios (Leffler, 1982), como las empresas pueden reducir la calidad si los consumidores están dispuestos a pagar menos (Besanko, Donnen-feld y White, 1987, 1988), o como los precios máximos obligatorios pueden reducir la calidad y el bienestar de los consumidores en mercados competitivos (Raymon, 1983).

La evidencia empírica en torno a los resultados de los controles de precios es muy amplia, en este otro estudio del Banco Mundial podemos leer como "a pesar de tener las mejores intenciones sociales, estas políticas suelen distorsionar los mercados y tener consecuencias para el crecimiento y para la reducción de la pobreza".

Por mucho que se pretenda controlar la inflación con estos controles no se podrá lograr porque justamente la inflación no viene provocada por las subidas de precios de los supermercados. En el caso de Mercadona aún no se ha publicado su cuenta de resultados, pero sí lo ha hecho Carrefour sobre el primer semestre del año 2022 y en este artículo de Libre Mercado se expone perfectamente como los márgenes sobre ventas son prácticamente los mismos que en 2021, por lo que Carrefour no se está forrando a costa del ciudadano que compra en sus establecimientos.

En definitiva, este tipo de ideas por parte de un sector del Gobierno pueden llegar a ser muy perjudiciales no sólo para las empresas a las que se les aplicaría el control de precios, sino también para los mismos consumidores que podrían ver como esos productos se agotan o como la calidad de estos se vería reducida.

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