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Sánchez, a un paso de controlar todo el relato económico: coloca un peón en el Banco de España

Tras el INE, la CNMV, la Fiscalía o TVE, el Gobierno alcanza el Banco de España, única institución que denuncia la cruda realidad económica.

Tras el INE, la CNMV, la Fiscalía o TVE, el Gobierno alcanza el Banco de España, única institución que denuncia la cruda realidad económica.
Nadia Calviño charla animadamente con el Comisario europeo de Economía, Paolo Gentiloni. | EFE

El pasado fin de semana el diario El País sorprendía con el reportaje: "La sufrida clase media-baja es cada día menos media y más baja". Decía El País que "La tenaza económica aprieta a las familias modestas". Lo llamativo del reportaje, no era tanto describir una realidad cada vez más evidente, sino que los problemas económicos que describe no tienen origen alguno en las políticas de despilfarro e intervencionismo del Ejecutivo de PSOE y Podemos. No, para el diario predilecto de Sánchez, la crisis económica es, más bien, una maldición divina o una terrible casualidad.

Realidades como que el déficit público o el gasto disparado alimentan la inflación no parece importar a los redactores de Prisa. Que las subidas indiscriminadas del salario mínimo, restan competitividad al mercado laboral y cercenan la posibilidad de creación de nuevos puestos de trabajo, tampoco. Que desde el Gobierno se quiera controlar el mercado del alquiler ocasionando escasez y escalada de precios, no aparece entre las razones de los problemas que tenemos. Por supuesto, El País tampoco alude al hecho de que el Gobierno siga subiendo impuestos al emprendimiento y la generación de riqueza y siga sin deflactar la tarifa del IRPF, detrayendo cada vez más recursos del sufrido bolsillo de esa clase media que ya empieza a ser baja. Por no hablar de la política energética o su maltrato de la ganadería y la agricultura (solo en 2022 cerraron 2 granjas lecheras cada día ).

Que los españoles nos estamos empobreciendo a un ritmo vertiginoso no sorprende a nadie, lo que sí sorprende es que desde el Ejecutivo se quiera negar la mayor. Y lo niegan hasta el punto de que la semana pasada la ministra de Hacienda y la vicepresidenta económica del Gobierno, Nadia Calviño, trataban de convencernos de que en el supermercado estamos viendo cómo bajan los precios, cuando, en realidad, la subida en muchos de los productos básicos roza el 100% en los dos últimos años.

Pero el intento de controlar el relato por parte del ejecutivo, trasciende el mero intento dialéctico. El Gobierno, que cuenta con el BOE, está cambiando métricas, estadísticas, y organismos reguladores con tal de controlar la estadística y, con ella, los mensajes que llegan a los ciudadanos desde las instituciones.

El Gobierno no sólo controla la fiscalía, como bien presumió el presidente del Gobierno en aquella famosa entrevista, es que el Gobierno ha cambiado las estadísticas del paro para acabar, por arte de magia, con la temporalidad (llamándolos fijos discontinuos) y, de paso, escondiendo debajo de la alfombra más de medio millón de parados.

A Calviño no le bastó inventarse una nueva estadística con el PIB diario, sino que apuntó directamente al INE hasta que logró la destitución de su presidente. Ahora, han cambiado directamente la metodología de cálculo del indicador que más castiga el bolsillo de los ciudadanos, la inflación

Por supuesto, al CNMV tampoco iba a ser un obstáculo en las pretensiones del Gobierno, y por eso en su consejo está, curiosamente, el marido de la vicepresidenta tercera del Gobierno, Teresa Ribera, Mariano Bacigalupo. Curiosamente, la CNMV aparcó en un cajón la concertación de libro en el asalto a Indra y se da por satisfecha con la elección de los nuevos consejeros. Pelillos a la mar.

Sin entrar en los distintos comités de sabios que cada ministerio ha adaptado a la lista de deseos de sus titulares, la única institución que continúa echando agua al vino del espejismo económico del Gobierno es el Banco de España, con Hernández de Cos a la cabeza. Con cada estadística que publica el Banco de España, eel desempeño económico de España y su gobierno quedan en entredicho.

Quizá por eso, Nadia Calviño ha movido ficha y ha colocado a su ex directora de gabiente en el consejo del Banco de España.

Así, con el aterrizaje de los postulados socialistas en el Banco de España, apenas quedan instituciones dependientes del presupuesto público que no estén bajo la influencia total del Ejecutivo de PSOE y Podemos.

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