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La operación de Oughourlian no evita que Prisa siga siendo bono basura

La emisión de bonos convertibles para reducir el peso de un paquete de 130 millones de deuda no cambia la percepción ruinosa de Prisa.

La emisión de bonos convertibles para reducir el peso de un paquete de 130 millones de deuda no cambia la percepción ruinosa de Prisa.
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La operación que puso en marcha Joseph Oughourlian, presidente de Prisa, para tratar de salvar el 'match ball' que amenazaba la estabilidad financiera de la compañía, no ha sido una solución, sino simplemente una prórroga. Así lo perciben las agencias de calificación que siguen considerando a Prisa "bono basura". Así se pronunciaron la pasada semana Moody's y Standard & Poors.

Oughourlian, que no quería volver a tener que poner recursos de su propio bolsillo en Prisa y que, según nos cuentan fuentes cercanas al grupo de comunicación, tiene ganas de abandonar su aventura mediática en España, presentó como solución al paquete de deuda que ahogaba a la compañía, con un servicio de más del 11% (tras la subida del euríbor) la emisión de bonos convertibles con un cupón del 1% que logró suscribir casi por completo. Una suscripción que salió adelante gracias, entre otras cosas, al reconocido interés de uno de los accionistas, Vivendi, por hacerse el control de la compañía. Una posibilidad que, dicho sea de paso, no es del agrado de la Moncloa.

Y es que los intereses del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y sus hombres de confianza mediáticos Miguel Barroso y José Miguel Contreras (conocidos como "los migueles"), se antojan desde hace tiempo como la única barrera entre Prisa y la bancarrota, ya que lleva mucho tiempo en quiebra técnica, con un valor en bolsa de apenas 200 millones y una deuda viva por encima de los 900.

De no ser por ese interés, se antoja complicado que una compañía con las dificultades financieras que atraviesa Prisa continúe evitando el concurso de acreedores después de tanto tiempo.

Los últimos informes financieros de la compañía dibujan una situación dantesca. Con un patrimonio neto negativo de más de 540 millones y una capitalización bursátil de poco más de 230 millones, Prisa acumula un pasivo total de 1.450 millones. El ratio PER (precio sobre el beneficio neto) que suele indicar si una acción está cara o barata y que se traduce en el número de años de beneficio neto que hacen falta para recuperar la inversión está en negativo, en -3,88. Esto lo que significa es que la compañía no obtiene beneficios, sino pérdidas.

Lo que señalan las agencias Moody’s y Standard & Poors en sus informes es que, la emisión de bonos ha sido positiva para la compañía, en tanto que ha cambiado un paquete de deuda muy caro por otro infinitamente más barato. El problema es que, de estos informes se infiere que esto será pan para hoy y hambre para mañana. Advierten de que el apalancamiento de Prisa es muy elevado, lo que en el actual contexto de subida de tipos va a estresar la situación financiera de la empresa. Según las previsiones de Moody’s, por ejemplo, Prisa pagará de pagar 55 millones en 2022 en intereses a 90 millones este año.

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