El Observatorio de la Cadena Alimentaria se ha reunido nuevamente esta semana, en medio de una gran ofensiva propagandística por parte de ministras de Podemos, como Yolanda Díaz o Ione Belarra, quienes insisten en atacar incesantemente a las empresas de distribución y, además, abogan por controlar el precio de la cesta de la compra.
Pese a la presión de las integrantes comunistas del Ejecutivo de coalición, la reunión del Observatorio ha servido para poner de manifiesto la verdadera situación de la rama alimentaria. Y es que, según ha expuesto el ministro de Agricultura, Luis Planas, el problema de la subida de los precios no se explica por el aumento de los márgenes de las empresas de distribución.
Así, el político socialista ha reconocido que la crisis está afectando a toda la cadena agroalimentaria, que lidia con una subida generalizado de sus costes y, como consecuencia, ha tenido que elevar sus precios. Planas subrayó "el incremento histórico de los costes de producción, que afecta a toda la cadena, desde el sector primario hasta la industria y la distribución".
De igual modo, el ministro recalcó "la incidencia que ha tenido la guerra en Ucrania en el mercado internacional de energía y materias primas" y refirió asimismo "los estragos que ha provocado la sequía en las cosechas de productos básicos, como los cereales o el aceite". De igual modo, subrayó que "confía en el trabajo honesto" de todos los subsectores afectados y se desmarcó de los ataques proferidos por Díaz y Belarra.
Como ha explicado Libre Mercado, basta con comparar los precios mayoristas con los minoristas para ver que la inflación que pagan los consumidores es hasta siete puntos más baja de lo que sería si los supermercados se limitasen a repercutir sin más el aumento de los costes. De igual modo, este diario ha repasado la información financiera disponible de las principales cadenas de supermercados y ha podido constatar que, al contrario de lo que afirman Díaz y Belarra, estas empresas operan en un entorno de márgenes reducidos.
Eso sí: aunque las declaraciones de Luis Planas suponen una nueva ruptura con la línea anti-empresarial que han venido marcando las ministras de Podemos, lo cierto es que el gobierno sigue sin revertir los 25 golpes fiscales y regulatorios que han contribuido de forma directa al aumento del precio de la cesta de la compra. Al fin y al cabo, más allá de los factores correctamente identificados por Planas, también es preciso reflexionar sobre la incidencia de la política tributaria y normativa, máxime cuando España es uno de los países con más carga burocrática sobre la operativa de los supermercados.