El pasado viernes Bruselas decidió aplazar la votación en el Consejo de la UE de la prohibición de vender turismos y furgonetas con motor de combustión desde 2035, aprobada hace dos semanas en el Parlamento Europeo, ante la posibilidad de que fuera rechazada. La razón, las dudas de última hora de Alemania, que sumadas al rechazo de Italia, Polonia y Bulgaria podían acabar tumbando la resolución en un trámite que se creía una mera formalidad.
El reglamento europeo supone prohibir la matriculación de todo vehículo que genere emisiones a partir de 2035, lo que excluye los híbridos además de los vehículos gasolina y diésel, y descarta toda solución tecnológica alternativa que conlleve emisiones de CO2, como los combustibles considerados verdes. Este motivo fue el esgrimido por el ministro de Transportes alemán, el liberal Volker Wissing, para cargar públicamente contra la iniciativa: lamentó que la UE esté allanando el camino para una única tecnología, el vehículo eléctrico, y reclamó que se introdujera la opción de los denominados "combustibles sintéticos", una tecnología aún en desarrollo que consiste en crear combustible a partir de CO2 capturado de la atmósfera mediante agua y electricidad.
Los defensores de esta tecnología señalan que sería "neutra en carbono", puesto que se utilizaría CO2 que previamente estaba en la atmósfera, y por tanto podría servir para los objetivos europeos. La opción, sin embargo, se quedaría fuera del reglamento, que especifica que en 2035 los nuevos vehículos han de ser 100% cero emisiones, lo que elimina cualquier motor de combustión utilice el combustible que utilice.
Alemania y Porsche
Los recelos alemanes han alarmado en la UE, que ve peligrar la aprobación este año de una de sus normas estrella si Alemania se empeña en reabrir el texto o reclamar una declaración adicional. Argumentan que ya se debatió y se acordó dejar una puerta abierta al combustible sintético en 2026, fecha en que se revisarán los objetivos.
Mientras, el Gobierno alemán se ha enzarzado en una nueva batalla interna que enfrenta a los liberales con Los Verdes, que acusan a su compañero de gabinete de dar una imagen "caótica" y "poco fiable" ante la UE. Tras reunirse el domingo con Ursula von der Leyen, el canciller Olaf Scholz pidió a la Comisión Europea que dé encaje en el reglamento a los combustibles sintéticos, alineándose así con lo que reclama la alemana Porsche como vía de supervivencia para los coches deportivos, que quieren garantizarse que podrán seguir circulando más allá de 2050, cuando la UE prohíba los vehículos de combustión, y acceder al centro de las ciudades.
La compañía está abanderando la investigación de esta tecnología, hasta el punto de que levantado una planta piloto en Chile en colaboración con Siemens Energy y Exxon Mobil. La compañía defiende que se podrá fabricar a gran escala en 2027 en las tres grandes plantas que tienen planificadas, en Chile, Texas y Australia. "El 70% de todos los Porsche fabricados sigue circulando. En el futuro lo podrían hacer con un carburante creado con electricidad", dice la compañía sobre este combustible.
"Las prohibiciones tecnológicas actúan como un freno a la innovación", ha declarado Oliver Blume, presidente del Consejo de Dirección de Porsche AG. "La electromovilidad es importante, pero hay más de mil millones de vehículos circulando en el mundo y estarán en las carreteras durante las próximas décadas (…) Los motores de combustión pueden funcionar con e-fuels con unas emisiones de carbono prácticamente neutras", señala el directivo.
Mientras, la prensa local recuerda que el ministro de Finanzas y presidente de los liberales alemanes, Christian Lindner, es un apasionado de Porsche. El pasado verano, cuando se negociaba el reglamento europeo, se especuló con que el ministro habría estado en contacto con la dirección de la compañía. "Christian Lindner es un reconocido fan de los Porsche, lo que nos alegra, pero no ha existido una comunicación directa con nosotros", señaló entonces Volkswagen, matriz de la empresa, sobre las supuestas presiones.
La enmienda Ferrari
El combustible sintético también abriría una puerta a la supervivencia de los vehículos de marcas míticas italianas como Lamborghini o Bugatti. Su gobierno salió en su día en defensa de su industria: eurodiputados italianos impulsaron durante la tramitación en el parlamento la denominada "enmienda Ferrari", que da algo más de tiempo a esta empresa y otras marcas de lujo. La cláusula permite que los fabricantes con una producción reducida, de entre 1.000 y 10.000 automóviles nuevos o entre 1.000 y 22.000 furgonetas nuevas al año se beneficiaran de una prórroga de un año, "hasta finales de 2035". Además, los que declararan menos de 1.000 vehículos nuevos al año estarían exentos.
Ahora, el gobierno de Giorgia Meloni se ha posicionado de nuevo en contra de la prohibición, una medida "demasiado ideológica", a juicio del ministro de Medio Ambiente y Seguridad Energética, Gilberto Pichetto. Ven el aplazamiento "positivo" y reiteran que "la electricidad no puede ser la única solución para el futuro, tanto más si sigue siendo, como lo es hoy, un sector para unos pocos".
"Los combustibles renovables son una solución estratégica e igualmente limpia, que permite alcanzar importantes resultados medioambientales evitando al mismo tiempo fuertes repercusiones negativas en términos de empleo y producción", señaló el Gobierno en alusión a un combustible que permitiría que los vehículos de lujo de las casas italianas continuaran circulando por las ciudades.
La maniobra del Gobierno alemán no ha gustado sin embargo a todos los fabricantes de coches. El presidente de Audi, Markus Duesmann, ha recordado que la industria necesita "planificación" para acometer sus inversiones y que ya están embarcados en la electrificación que demanda la UE y que su compañía quiere completar antes de 2035, en 2033.
Desde España, fuentes de Anfac, la patronal automovilística, señalan a LD que el sector "está comprometido plenamente con la descarbonización" y que en ese sentido "cualquier tipo de tecnología que lleve a ese objetivo, bienvenida sea". Hay que apostar, indican, por la tecnología, no la ideología" y subrayan cómo ya cumplen con la actualidad normativa de emisiones y "seguiremos cumpliendo". En cuanto a la electrificación, subrayan cómo muchas marcas quieren estar electrificadas ya en 2030 y recuerdan la inversión prevista por la industria para este fin: 250.000 millones de euros.