Bruselas pondrá fin a la manga ancha en el cumplimiento de las reglas de salud fiscal de los distintos estados miembros. De esta forma, la congelación de los procedimientos de déficit excesivo con motivo de la pandemia y la guerra de Ucrania acabará definitivamente en el año 2026, con 2024 como año de transición.
Concretamente, la Unión Europea requerirá que en 2026 todos los países mantengan un nivel de déficit público –esto es, descuadre entre gastos e ingresos– del 3% del PIB como máximo, así como unos niveles de deuda pública no superiores al 60%, si bien este parece un objetivo totalmente inalcanzable para muchas naciones como España.
Las nuevas reglas fiscales aún se están negociando en el seno de la UE, y conformarán el diseño de un nuevo Pacto de Estabilidad y Crecimiento, que se prevé entre en vigor en 2024, año en el que los países deberán tener a punto sus planes de sostenibilidad fiscal. De momento, Bruselas y el Banco de España instan a Sánchez a que mueva ficha y empiece ya a corregir el déficit.
La AIREF avisa
En este contexto, la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) también se ha pronunciado este miércoles sobre la capacidad de España para cumplir con las nuevas reglas fiscales, y las predicciones no son muy alentadoras. Así, la presidenta de la AIReF, Cristina Herrero, ha asegurado que, pese a que los objetivos pueden ser "factibles" para España, no será "fácil" alcanzarlos.
Herrero ha lamentado que la Airef lleva tiempo "diciendo que nos iba a pillar el toro", y ha indicado las condiciones que España deber reunir para cumplir los requisitos de Bruselas. En primer lugar, deberían eliminarse todas las medidas de impulso económico puestas en marcha para hacer frente a la pandemia y la crisis energética. Y, en segundo lugar, el crecimiento económico tendrá que acompañar.
Así, la AIReF, en sus previsiones, "no considera que sea fácil bajar este 3% de déficit" en ausencia de medidas", al igual que considera que, si no se hace nada, la deuda "se estabilizará por encima del 100%". De esta forma, el organismo apunta a que los altos niveles de gasto público de la era Sánchez dificultan la consecución de los requisitos que Bruselas nos exigirá en 2026.
A priori, las optimistas previsiones del Gobierno de PSOE-Podemos prevén que el déficit de las Administraciones bajará del 3% en el año 2025, pudiendo cumplir con los requerimientos de Bruselas. Por contra, estiman que la deuda se situará entorno al 110% del PIB, muy por encima del objetivo del 60%. En cualquier caso, lo que parece seguro es que el sector público de nuestro país seguirá gastando más de lo que ingresa de manera consistente durante el futuro próximo.