KMPG ha publicado un informe llamado Perspectivas España en el que se recogen las expectativas de más de 1.100 empresarios sobre el futuro inmediato de la economía del país.
Una de las cuestiones más preocupantes que se desprende de esta encuesta es aquella relacionada con las perspectivas de contratación que los empresarios españoles confiesan tener para el año 2023. Y es que, si el año pasado el 46% de los encuestados respondieron que estaban planeando ampliar su plantilla, ahora la cifra se ha reducido al 38% –tal y como vemos en la imagen— mostrando que, si las previsiones se cumplen, el empleo se va a contraer a lo largo de los próximos meses.
Además, vemos como también ha aumentado –aunque ligeramente— el número de empleadores que tienen la intención de efectuar despidos a lo largo de este año. La mitad de las empresas, en cambio, se mantendría con el mismo número de trabajadores sin ninguna variación.
Y esto no es todo lo que podemos extraer del informe. El 14% de las empresas confiesan que pretenden disminuir sus inversiones frente al 12% del año pasado y el 50% busca aumentarlas frente al 60% del 2022. Por lo tanto es fácilmente deducible que veremos una contracción en las inversiones en el futuro inmediato.
Otro dato bastante esclarecedor –sobre todo en un contexto en el que las empresas privadas se están viendo atacadas por determinados grupos políticos que les acusan del aumento de los precios— es aquel que nos indica que el 69% de los empresarios confiesa que sus márgenes de beneficio se han visto menguados por la inflación.
Además, el 52% de los encuestados confiesa haber modificado los precios para hacerle frente a esta situación y un 31% prevé hacerlo próximamente. Y los ajustes no se acaban aquí. El 45% dice haber renegociado sus contratos con los proveedores y el 32% pretende hacerlo.
Pablo Bernad, socio responsable de Consulting Corporates, Markets & Clients de KPMG en España, analiza estos datos. "Las empresas están adaptando sus estrategias para responder a un entorno marcado por la escalada de la inflación, el endurecimiento de la política monetaria y la crisis energética. Sus decisiones evidencian la búsqueda del equilibrio entre la respuesta a los retos inmediatos y su apuesta por las grandes transformaciones. Sin duda, esta es la hoja de ruta recomendable ante la incertidumbre económica que, seguramente, se prolongará a lo largo de este ejercicio".
Pero los empresarios perciben la existencia de más riesgos además de la escalada de precios. Si bien es cierto que un 38% considera que entre las principales amenazas para su negocio se encuentran los costes energéticos y un 36% admite temer la volatilidad de los precios de las materias primas, un 36% piensa que los riesgos regulatorios están entre las primeras cuestiones que generan incertidumbre alrededor de su empresa.
En definitiva, las perspectivas sobre el futuro inmediato de la economía que se desprenden de las opiniones de los empresarios no son nada alentadoras. De cumplirse el pronóstico tanto el empleo como la inversión se contraerán dentro de un clima de incertidumbre que no cesa.