La encendida campaña de la izquierda política y mediática contra la decisión de Ferrovial de trasladar su sede social a Holanda no ha logrado activar al electorado como pretendía el gobierno de PSOE y Podemos. De hecho, según revela una encuesta de Metroscopia, el 49% de los españoles avalan la decisión del gigante de las infraestructuras, cinco puntos por delante del porcentaje que rechaza el traslado.
Es cierto que los votantes más escorados a la izquierda han reaccionado de forma muy dura contra la salida de la empresa. Así, el 80% de los votantes de Podemos, el 70% de quienes respaldan al PSOE y el 60% de quienes apoyan a los socios separatistas del Ejecutivo se posicionan en contra de la salida de Ferrovial. Sin embargo, dos tercios del electorado del PP y cerca del 80% de quienes apuestan por Vox sostienen que la decisión de Ferrovial está justificada.
Cuando se agregan los porcentajes del conjunto de los ciudadanos encuestados por Metroscopia, el sondeo publicado por El Confidencial muestra que la drástica decisión de la empresa que preside Rafael del Pino ha sido respaldada por el 49% de la población, frente al 44% que se posiciona en contra del traslado a Holanda. Por tanto, a pesar del anticapitalismo rampante que ha venido profesando la sociedad española a lo largo de los años, hay una ligera mayoría que entiende la decisión de la empresa responsable de obras emblemáticas como el soterramiento de la M-30 en Madrid, la construcción de la Autopista 407 ETR de Canadá o la reforma del Aeropuerto de Heathrow en Londres.
Resulta interesante comprobar que más del 80% de los encuestados creen que la salida de Ferrovial será mala para la imagen exterior de España. El porcentaje que se muestra preocupado por su impacto sobre la economía de nuestro país es casi idéntico. De igual manera, casi el 55% cree que la empresa saldrá ganando con su salida, porcentaje que ronda el 70% en el caso de los votantes del PP.
Pero la prueba del algodón, en cualquier caso, es otra pregunta formulada por Metroscopia que cuestiona si el gobierno de España que preside Pedro Sánchez ofrece las condiciones económicas, fiscales y laborales adecuadas para atraer inversiones de empresas extranjeras. El 55% de los españoles responden negativamente, frente a un magro 32% que considera apropiado el modelo actual.
Por otro lado, un 51% se muestra partidario de facilitar el desembarco de multinacionales en España, un sentir mayoritario que contrasta con la evolución de la inversión extranjera, que se ha reducido a la mitad desde que Pedro Sánchez llegó a la presidencia del gobierno, y amenaza con seguir bajando, a tenor del creciente perfil de riesgo de la economía española que dibujan los mercados.