Bruselas sigue su cruzada verde y no paraliza ni aunque sus ansias eléctricas choquen con la realidad de la falta de infraestructura o hasta de desarrollo tecnológico para alcanzar sus objetivos ecologistas ultra.
El "Pacto Verde Europeo" prosigue su avance. Y ahora con un nuevo acuerdo para una impulsar una "nueva regulación ambiciosa relativa a la implantación de una infraestructura para los combustibles alternativos", señala la UE.
La Comisión Europea quiere "aumentar el número de estaciones de recarga eléctrica y repostaje de hidrógeno de acceso público en particular a través de los principales corredores y centros de transporte de la Unión Europea". Todo ello, para permitir "la transición hacia un transporte por carretera sin emisiones y contribuir al objetivo de reducir las emisiones netas de gases de efecto invernadero en al menos un 55 % de aquí a 2030".
Todo ello se plasmará en un "nuevo Reglamento para la implantación de una infraestructura para los combustibles alternativos" que fijará "objetivos obligatorios de implantación para las infraestructuras de recarga eléctrica y repostaje de hidrógeno en el sector del transporte por carretera", pero no sólo para el transporte terrestre. Bruselas ha ido a más en su sueño verde y quiere que las infraestructuras obligatorias lo sean "también para el suministro de electricidad en los puertos marítimos y fluviales y para el suministro de electricidad a las aeronaves estacionadas". Todo con baterías. Todo eléctrico. Y, hoy por hoy, eso es impensable: por los costes económicos, por la incapacidad de reciclaje de las baterías, por la falta de desarrollo tecnológico, por la autonomía necesaria para muchos de los coches, camiones, aviones y barcos y hasta por la falta de capacidad de producción de los elementos necesarios.
Pero la UE sigue: "Al asegurar un mínimo de infraestructuras de recarga y repostaje en toda la UE, el Reglamento acabará con la preocupación de los consumidores finales por la dificultad de recargar o repostar un vehículo". El Reglamento, además, "allana el camino para una experiencia de recarga y repostaje de fácil uso, con plena transparencia de los precios, opciones de pago mínimo comunes e información coherente al cliente en toda la UE".
Las nuevas normas del Reglamento, añade Bruselas, "garantizarán una infraestructura suficiente y fácil de utilizar para los combustibles alternativos para el transporte por carretera, el transporte marítimo y la aviación. Esto permitirá el uso de vehículos de carretera de emisión cero, en particular vehículos ligeros y pesados eléctricos y de hidrógeno, así como el suministro de electricidad a los buques amarrados y a las aeronaves estacionadas. En concreto, deberán cumplirse los siguientes objetivos principales de implantación en 2025 ó 2030". En primer lugar, "la infraestructura de recarga para turismos y furgonetas debe crecer al mismo ritmo que la adopción de los vehículos.
A tal fin, por cada coche eléctrico de batería matriculado en un Estado miembro determinado, debe proporcionarse una potencia disponible de 1,3 kW a través de una infraestructura de recarga de acceso público. Además, cada 60 km a lo largo de la red transeuropea de transporte (RTE-T), deben instalarse estaciones de recarga rápida de al menos 150 kW a partir de 2025".
En segundo lugar, para "las estaciones de recarga destinadas a vehículos pesados con una potencia mínima de salida de 350 kW deben implantarse cada 60 km a lo largo de la red básica de la RTE-T, y cada 100 km en la red global de la RTE-T a partir de 2025, con una cobertura completa de la red que debe alcanzarse de aquí a 2030. Además, deben instalarse estaciones de recarga en zonas de estacionamiento seguras y protegidas para la recarga nocturna, así como en nodos urbanos para los vehículos de entrega".
El tercer aspecto abarca "la infraestructura de repostaje de hidrógeno que pueda abastecer tanto a automóviles como a camiones", que debe implantarse "a partir de 2030 en todos los nodos urbanos y cada 200 km a lo largo de la red básica de la RTE-T, garantizando una red suficientemente densa para permitir que los vehículos de hidrógeno circulen por toda la UE".
En cuarto lugar, "los puertos marítimos que tengan al menos 50 escalas portuarias de grandes buques de pasajeros, ó 100 escalas portuarias de buques portacontenedores, deberán proporcionar electricidad en puerto a dichos buques de aquí a 2030".
Quinto, "los aeropuertos deben suministrar electricidad a las aeronaves estacionadas en todos los puestos de estacionamiento en contacto (puertas) de aquí a 2025, y en todos los puestos de estacionamiento remotos (puestos exteriores) de aquí a 2030". Y, sexto y último, "los operadores de estaciones de recarga eléctrica y de repostaje de hidrógeno deben garantizar la plena transparencia de los precios, ofrecer un método de pago común ad hoc, como la tarjeta de débito o de crédito, y poner a disposición datos pertinentes, como los relativos a la ubicación, por medios electrónicos, garantizando así que el cliente esté plenamente informado".