Este fin de semana, Alemania y la UE alcanzaron un acuerdo sobre el reglamento europeo que supondrá el fin del coche de gasolina, al prohibir a partir de 2035 la matriculación de nuevos vehículos que generen emisiones. El texto se votará finalmente este martes en el Consejo de ministros de Energía después de que el Gobierno de Olaf Scholz haya arrancado a Bruselas la promesa de que se incluirá específicamente una salvedad para los vehículos que utilicen combustibles sintéticos o e-fuels: un tipo de combustible fabricado a base de CO2, agua y energías verdes que sería neutro en emisiones y por lo tanto, aceptable para las intenciones de la UE.
El sí de Alemania tras su veto de última hora posibilitará que el texto salga adelante a pesar de que otros países mantienen su rechazo a la normativa. Es el caso de Bulgaria, que planea abstenerse, Polonia, que votará en contra e Italia, que mantiene su rechazo en defensa de su potente industria automovilística.
Si Alemania perseguía la inclusión de los combustibles sintéticos, una vía aún en desarrollo en la que está centrado el sector de lujo como solución para que sus vehículos puedan seguir circulando, Italia busca que también se indulte otra solución tecnológica verde: los biocombustibles avanzados. El ministro de Transportes italiano, Matteo Salvini, avisó este domingo en un comunicado de que "la partida no ha terminado" y aunque celebró que la normativa abra la puerta a los combustibles sintéticos, defendió como razonable "incluir también los biocarburantes".
Apeló a los empleos que dependen directamente de esta industria en toda la UE: su prioridad, dijo, es cuidar el medio ambiente pero "proteger miles de puestos de trabajo" en Italia y toda Europa. El rechazo italiano ya no será, sin embargo, suficiente para tumbar la normativa tras el sí alemán y este martes, previsiblemente, será aprobada por el Consejo de la UE.
¿Qué son los biocombustibles avanzados?
Los biocombustibles a los que alude Salvini son otra de las vías que algunos sectores piden desarrollar para que la circulación no se limite a los vehículos eléctricos y de hidrógeno. Mientras los combustibles sintéticos se fabrican mediante CO2 capturado, agua y energías renovables, los biocombustibles avanzados, mucho más desarrollados, se fabrican a partir de residuos biológicos: desechos forestales, agrícolas, aceite usado…
Como en el caso de los combustibles sintéticos, el objetivo es que sean prácticamente "neutros" en carbono. Sus defensores señalan cómo este tipo de combustibles se podrían beneficiar de "una red de infraestructuras que ya existe (distribución, logística…)" y podrían ser usado de inmediato por los automóviles actuales.
Por el momento, no obstante, la resolución no dará cabida a este tipo de combustible aunque en principio el texto contempla revisiones en los próximos años hasta 2035. En cuanto a los combustibles sintéticos, aún inasequibles y con una producción residual, la Comisión Europea tiene aún que definir la letra pequeña.
Wir sichern Europa Chancen, indem wir wichtige Optionen einer klimaneutralen und bezahlbaren Mobilität erhalten. 2|2
— Volker Wissing (@Wissing) March 25, 2023
Desde Alemania, el ministro de Transportes, el liberal Volker Wissing, ha presumido de que su postura ha forzado a la UE a asumir "más opciones" para una movilidad "climáticamente neutral" y también "asequible". El italiano Salvini, mientras, insiste en que para lograr ese objetivo también se debe contemplar la vía de los biocombustibles.