Gasto público, recaudación, endeudamiento... son muchas las variables económicas que PSOE y Podemos han disparado desde que llegaran al Gobierno en 2018, aunque si hay una que se lleva la palma en materia laboral, esa es la del número de funcionarios.
Fue en el tercer trimestre del año 2022 cuando la cantidad de asalariados de la Administración se desbordó por completo rompiendo la cota de los 3,5 millones. A cierre de 2022, el empleo público continuó por encima de esta escalofriante barrera. En concreto, España pasó de tener en nómina a 3.506.200 funcionarios a sufragar 3.526.200 tres meses después. Otra cifra nunca vista.
El aumento del empleo público no solo tiene un efecto directo en la economía productiva, que es la que tiene que soportar el gasto a costa del sector privado. También es importante destacar que sirve para maquillar descaradamente las cifras de empleo del Gobierno y que es un caladero de votos importante para los políticos de turno.
En el gráfico siguiente se observa la evolución meteórica del número de funcionarios desde que Pedro Sánchez llegara a Moncloa. Tal es el afán de Sánchez por el empleo público, que mientras que en el tercer trimestre de 2018 había 3.167.500 ocupados a cargo del Estado, el último dato de la Encuesta de Población Activa (EPA) revela que 2022 cerró con 3.526.200. Es decir, el empleo público con el Ejecutivo de PSOE y Podemos se ha disparado en 358.700 personas.
Funcionarios vs autónomos
Frente a la ambición del Gobierno por seguir engordando el número de empleados públicos, llama la atención otro colectivo al que no le ha ido tan bien en los últimos años. Más bien todo lo contrario. Se trata de los autónomos. Tradicionalmente, el número de funcionarios y autónomos se ha movido en cifras similares en España, pero desde que Sánchez llegara al Gobierno esa brecha se ha agrandado.
Y es que, desde el tercer trimestre de 2018, el número de trabajadores por cuenta propia apenas ha aumentado. Tal ha sido el estancamiento en la cantidad de autónomos en España, que se ha pasado de 3.086.500 a apenas 3.086.800. La cifra es verdaderamente preocupante porque en más de 4 años, solo hay una diferencia de 300 autónomos más.
En el siguiente gráfico se observa la evolución de este colectivo, que ha sufrido diferentes altibajos desde entonces. El mayor pico de autónomos desde el tercer trimestre de 2018 tuvo lugar en el cuarto trimestre de 2021, cuando casi rozan los 3,2 millones. Sin embargo, un año después, la sangría les ha vuelto a arrastrar a la casilla de salida.
"Ha sido un muy mal trimestre para los autónomos el último del año 2022, con un total de 34.700 autónomos menos y que lleva a cerrar 2022 como un annus horribilis para el colectivo: 111.200 autónomos menos en sólo un año. Una auténtica catástrofe" lamentó el presidente de ATA, Lorenzo Amor, cuando el INE publicó los datos.
Podríamos considerar que los trabajadores públicos son la antítesis de los trabajadores por cuenta propia (tienen la menor protección estatal y no cuentan con un sueldo fijo ni con un empleo garantizado) y ahora también lo es su evolución, que crece la friolera de 1.200 veces más.
La crisis del coronavirus, la inflación, la excesiva burocracia y la fiscalidad asfixiante que soportan los autónomos serían los motivos fundamentales que estarían detrás de este mal comportamiento. Si tenemos en cuenta que desde el año 2018 el Gobierno de Pedro Sánchez lleva elevando las cuotas de estos profesionales, este desenlace era predecible.