Gobiernos populistas como el de Pedro Sánchez acostumbran desde tiempos de Ciro el Grande a tratar de ofrecer soluciones fáciles a problemas complejos, bajo la falacia de que el BOE todo lo puede y que cualquier Gobierno tiene una presunción de eficacia y una superioridad ética infinitamente mayor que la del mercado (basado en la libertad de empresas y particulares).
Pues bien, esta incapacidad secular de la izquierda de comprender la ciencia económica (o tozudo empeño en no hacerlo), tiene su fiel reflejo en la obstinación de la realidad en dar la espalda a sus planteamientos. Uno de los ejemplos más evidentes que tenemos es el del límite a la subida de los precios de los alquileres que se decretaron por Ley hace justo ahora un año para combatir la inflación.
Cuando los precios empezaron a subir, el Gobierno ya puso el acento en el acceso a la vivienda como un problema. La solución que encontró el Ejecutivo de comunistas y socialistas fue evidente según su propia tradición: intervención pública del mercado y establecimiento de un límite al 2% en las subidas de los alquileres. Medida que vino acompañada de una sobreprotección del inquilino que dejaba atados de pies y manos a los propietarios.
Para el Gobierno era evidente que, limitando por Ley las subidas de precios de los alquileres al 2% anual en la renovación de los contratos, evitarían que los propietarios pudieran aplicar subidas acordes al IPC que en aquel momento estaba rozando el 10% (9,8% en marzo 2022). Todos contentos: la todopoderosa mano del Gobierno había venido a proteger a los inquilinos. Pero, ¿cuál ha sido el resultado a un año vista? Pues sencillo: el precio de los alquileres se ha disparado un 14,5%.
En el sector no había dudas de que esto sucedería. Así lo refleja un reciente informe de Alquiler Seguro, que hace balance de los 12 meses de la entrada en vigor del límite de la actualización de rentas del alquiler al 2%.
Dice este informe que después de un año "contamos con datos suficientes para afirmar que la principal consecuencia –y la más alarmante– que ha tenido esta restricción es la huida de propietarios del mercado del alquiler, ante la falta de rentabilidad y la inseguridad jurídica con la que se han encontrado".
Los datos hablan por sí mismos. El parque de viviendas para alquilar se ha reducido un 23%, mientras que la demanda ha seguido creciendo, en parte también al calor de los anuncios de limitación de revisión de las rentas. El resultado es, dice este informe, "una explosión de precios sin precedentes".
Lo que ha sucedido es que los propietarios, al no poder subir las rentas de los alquileres de acuerdo con la subida del coste de la vida, lo que han ido haciendo es establecer precios más altos como punto de partida.
La subida de precios entre los contratos firmados en enero de 2022 y los firmados en enero de 2023 fue de un 14,5%, de media 734,78 euros en enero de 2022 y los 841,22 euros en enero de 2023.
Esta vertiginosa subida de precios se une a las que están experimentando las hipotecas a tipo variable merced al euríbor, la cesta de la compra, cuya inflación sigue de media por encima del 15% o de los consumos de luz y gas. En definitiva, un encarecimiento del nivel de vida que no se soluciona a golpe de BOE.
Ahora, el Gobierno, encastillado en la propaganda, en lugar de liberar suelo para la construcción de nueva vivienda y eliminar las trabas burocráticas que ralentizan estas promociones, se muestra dispuesto a ser él quien ponga en marcha estos desarrollos, prometiendo cada día 50.000 viviendas públicas más. De momento, más de la mitad de las prometidas son prácticamente inhabitables, la otra mitad están ocupadas y de las de nueva promoción, tendrán que depender de la iniciativa público-privada.
De momento, su intervención en el mercado eléctrico ya vimos el efecto que tuvo: se disparó el precio del gas, y no logró reducir de manera notable el precio del recibo. De hecho, se disparó al día siguiente de la puesta en marcha de la "excepción ibérica". En el mercado del alquiler, oh casualidad, ha pasado lo mismo. ¿Qué esperar de las nuevas ocurrencias?