Bruselas golpea a las empresas como Amazon, AliExpress o Zalando. El pasado miércoles la Comisión Europea planteó una reforma del Código Aduanero de la Unión Europea para gravar todas aquellas importaciones cuyo precio sea inferior a 150 euros. Estas operaciones estaban, hasta ahora, completamente exentas del pago de aranceles, por lo que se conseguirá aplicar el abono del tributo a la totalidad de la mercancía que llega a la Unión Europea a través de dichas plataformas.
Además de este golpe fiscal, Bruselas busca crear un nuevo Centro Aduanero de Datos para toda la Unión Europea –de uso obligatorio a partir del año 2038—. El objetivo es tratar de conseguir que el IVA o cualquier derecho de aduana se abone en el momento de la compra y que dichos datos queden registrados antes del envío. Así, conocerán con precisión el valor total de la mercancía para poder aplicarle el tributo al pago íntegro del cliente sin que pueda existir margen para que exista alguna cantidad no sometida al arancel. "Hasta el 65 % de los paquetes que entran en la UE están infravalorados, a fin de evitar los derechos de aduana de importación", dicen desde la Comisión Europea.
Se centralizarán, por tanto, todas las herramientas informáticas de las aduanas de los Estados miembro en un solo centro de datos que controlará todo. Además, ese centro creará en 2032 una categoría llamada Trust and Check – literalmente "confianza y control"– con la que se busca determinar qué empresas obedecen mejor la normativa establecida por la UE. Los que tengan dicha etiqueta otorgada por las instancias europeas gozarán de privilegios como ahorrarse procesos burocráticos al poder presentar datos una sola vez para varias transacciones.
Así lo explica el comunicado de prensa de la Comisión Europea. "En algunos casos en los que los procesos empresariales y las cadenas de suministro sean completamente transparentes, los operadores más fiables podrán comercializar sus mercancías en la UE sin intervención aduanera activa". Y, desde luego, esos criterios que siguen para determinar quien es el ‘bueno’ se basan en ver si las transacciones "están en consonancia con las normas medioambientales, éticas y de seguridad de la UE".
Con lo anterior, desde Bruselas prevén que la recaudación aduanera aumente unos 1.000 millones de euros anuales. Y es que, según mantienen, la reforma "facilitará mucho el cálculo de los derechos de aduana para los paquetes pequeños, y ayudará tanto a las plataformas como a las autoridades aduaneras a gestionar mejor las mil millones de compras de comercio electrónico que entran en la UE cada año. También eliminará la posibilidad de fraude".
Por lo tanto, esta reforma tiene como motivación la búsqueda de aumentar la recaudación y el control absoluto de las transacciones provenientes de países del exterior para que nadie se escape de abonar los aranceles. De igual manera, ese control se personaliza en una nueva institución que viene a centralizar toda la información y que establecerá quienes se portan bien dependiendo, entre otras cuestiones, de si se ajustan a las "normas éticas" determinadas por la UE.