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Los datos que tumban el discurso de la izquierda sobre la desigualdad: así baja en todo el mundo

Un demoledor informe mata por completo el relato del mundo como una economía cada vez más dispar.

Un demoledor informe mata por completo el relato del mundo como una economía cada vez más dispar.
La desigualdad no sube, como afirman Iglesias y Montero. | Europa Press

Durante décadas, la izquierda política y mediática basó su discurso económico en la denuncia de la "pobreza" que, supuestamente, se genera bajo el capitalismo. Sin embargo, los datos y estadísticas oficiales han desmontado tajantemente este argumento, poniendo de manifiesto una relación muy estrecha entre el avance del mercado y la reducción de la miseria.

La nueva estrategia intenta dejar a un lado las discusiones sobre la "pobreza" y centrarse ahora en la "desigualdad". El nuevo relato pasa por alto la caída de la pobreza y centra el tiro en el supuesto repunte de la desigualdad. El siguiente gráfico da cuenta de esta estrategia y muestra cómo la inclusión de dicho término en los libros impresos en lengua inglesa se ha disparado desde los años 60 hasta nuestros días.

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Sin embargo, un nuevo estudio elaborado por Chelsea Follett y Vincent Geloso pone de manifiesto que los niveles de desigualdad observados a nivel global no solamente no van a más, sino que, de hecho, se están reduciendo de forma sostenida. Como vemos a continuación, cada vez hay menos diferencias en una serie de indicadores clave para el desarrollo socioeconómico.

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Los resultados son claros y muestran que, comparando los datos nacionales de todos los países desde 1990 hasta 2018, se ha producido una caída del 30% en la desigualdad que arrojan distintos indicadores de cabecera, caso de la esperanza de vida, la nutrición o el acceso a la educación. Más acusado incluso es el descenso de la desigualdad en materia de libertades políticas, puesto que este indicador cae un 40% desde 1990. En el caso de la desigualdad de renta, los datos muestran que la tendencia fue alcista en los años 90, pero esta evolución tiene mucho que ver con el desplome, al final de los años 80, del comunismo. Así, superado el salto inicial de la desigualdad de renta que siguió a la caída de las economías planificadas, donde los ingresos eran más igualitarios pero indudablemente miserables, la desigualdad ha bajado más de un 7% desde su "pico" del año 2000.

No todos los indicadores arrojan menos desigualdad, puesto que sí se observa un aumento en los indicadores de mortalidad infantil o calidad del aire. Sin embargo, las mejoras en materia de sanidad o eficiencia energética que hoy se observan en las economías ricas y que están elevando la desigualdad en estos dos campos nos invitan a pensar que, a medio y largo plazo, tal evolución puede reproducirse en el mundo emergente y subdesarrollado, como ya ha pasado con los demás indicadores.

La desigualdad cae en picado

Pero, además, cuando se controlan estadísticamente los resultados y se ajustan para tomar en cuenta el tamaño de la población de los países, encontramos que los datos exhiben una mejora más pronunciada aún de lo que ocurría cuando solamente nos fijábamos en las cifras para cada país, con independencia de su peso demográfico. Desde este punto de vista, la caída de la desigualdad ha sido del 14% en lo referido a la renta, del 27% en las libertades políticas, del 40% en la nutrición, del 50% en la esperanza de vida, del 55% en la escolarización y hasta del 90% en el acceso a internet.

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De modo que, más allá de la retórica que quiere imponer la izquierda política y mediática, los datos matan por completo el relato de una desigualdad creciente y avanzan, de hecho, un mundo con menos diferencias en algunos de los indicadores clave del desarrollo socioeconómico, tanto si se evalúan los datos a nivel internacional como cuando se ajustan esas mismas cifras para tomar en cuenta el peso demográfico de cada país.

Eso sí: donde la desigualdad no va a mejor es en España, donde la llegada al gobierno de Pedro Sánchez ha llevado aparejado un repunte de las diferencias en los niveles de riqueza de los españoles, al igual que también ha sucedido en los indicadores de pobreza.

En Libre Mercado

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