El último informe oficial de la Agencia Tributaria sobre la marcha de la recaudación recoge la siguiente frase: "Los ingresos tributarios en mayo ascendieron hasta los 10.520 millones de euros, un 5,9% menos que en igual periodo de 2022". Y aclara, que "la caída de los ingresos se explica por el fuerte aumento de las devoluciones (23,5%)". Los gráficos confirman lo ocurrido: Pedro Sánchez ha incrementado de tal forma el cobro de impuestos de la población que ha terminado por ahogar a la gallina de los impuestos de oro. Como reconoce la propia información de la Agencia Tributaria, la demanda interior pierde fuerza y el avance de los ingresos totales se debilita con respecto a la marcha de años pasados.
Los datos son clarificadores: en 2021 los ingresos totales del Estado crecían un 15,1%. En 2022 lo hacían un 14,4%. Y en 2023, hasta el momento, el ritmo mostrado es de un 4,2%. La demanda interior, por su parte, ha seguido una evolución similar: ha pasado de crecer a ritmos de un 8,7% en 2021, a un 12% en 2022 y a un 6,6% en el momento actual.
Traducido: la curva de mejora del ritmo de aumento de la recaudación ya se ha dado la vuelta. Porque el esfuerzo a la población ha sido tan elevado que ya ha conseguido frenar el avance del consumo y del propio ritmo del empleo, como ha publicado ya Libertad Digital en base a los estudios de USO sobre los datos oficiales del SEPE.
La Agencia Tributaria confirma que "los ingresos brutos, más relacionados con la evolución de las bases imponibles, crecieron en mayo un 4,6%", muy lejos de las tasas de avance de años anteriores. "En mayo se han mantenido los rasgos que se venían observando en los últimos meses: crecimiento elevado en las retenciones del trabajo, aumento moderado (este mes más bajo de lo que se venía registrando) de los ingresos por IVA, afectados por las rebajas de tipos, y caídas en los Impuestos Especiales". Lo cierto es que la subida de las retenciones tienen una relación directa con una subida adicional provocada por la no deflactación del impuesto pese al entorno de fuerte encarecimiento de los precios.
"Son los mismos elementos que hay que destacar en el conjunto del año, a los que hay que añadir dos más. Por un lado, el impacto del alto importe de las devoluciones en el Impuesto sobre Sociedades (correspondientes a otros ejercicios y a recursos) que hacen que la recaudación del impuesto sea inferior a la del año pasado a pesar del incremento del 24,5% en los pagos fraccionados, en su mayor parte vinculados a los beneficios del primer trimestre".
Y, por otro, "el efecto de las medidas normativas, que restaron 2,6 puntos de crecimiento a los ingresos, con especial incidencia en el IVA (sin ellos, los ingresos en esta figura estarían creciendo un 8,5% en lugar del 4,8%)". De nuevo, la realidad es que las devoluciones están provocadas por haber cobrado en exceso en los anticipos y haber recogido unas bases imponibles de las empresas inferiores a los esperado por Hacienda.
Con todo ello, y pese a que la curva de evolución del ritmo de los ingresos por recaudación fiscal ha empezado ya a debilitarse, lo hace desde posiciones tan altas que "los ingresos homogéneos por el IRPF crecieron, hasta mayo, un 10,3%". Porcentaje que se suma a un saqueo fiscal previo de 85.000 millones de euros en 2021 y 2022. Y que se complemente con casi 5.000 millones de euros más en saqueo fiscal hasta el mes de mayo de este año.