Menú

Moncloa busca palancas para salvar a Prisa y que mantenga su obediencia a Sánchez

Como Joan Laporta, ahora Miguel Barroso, hombre de confianza de Sánchez en Moncloa, busca palancas para que Prisa siga siendo fiel al presidente.

Como Joan Laporta, ahora Miguel Barroso, hombre de confianza de Sánchez en Moncloa, busca palancas para que Prisa siga siendo fiel al presidente.
Europa Press

El resultado de las elecciones generales del 23 de julio, en las que las encuestas avanzaban un inminente cambio de gobierno, ha dado al traste con distintas operaciones empresariales y con las distintas posiciones que los "poderes fácticos" estaban tomando de cara al nuevo escenario. Si Alberto Núñez Feijóo estaba ya pensando en quiénes podrían ser sus ministros y Sánchez estaba planeando su próximo destino, las compañías del espectro financiero y mediático también estaban preparándose para el nuevo escenario.

Sin embargo, Feijóo se ha quedado sin Gobierno y Sánchez se ha encontrado con la posibilidad de armar una nueva mayoría sólo con reconocer que comparte las prioridades y la agenda de los herederos de ETA y los golpistas de Puigdemont. La agenda de Otegi y de los golpistas catalanes es ahora la agenda al descubierto de Sánchez.

Y alrededor del Ejecutivo y sus terminales de poder, empresas y medios han tenido que virar sus prioridades. Uno de los "players" más importantes del panorama mediático, político y económico es el que constituye el grupo Prisa, dueño de El País y la Ser, y su primer accionista, el fondo Amber Capital, de Joseph Oughourlian y que mantiene el control de la compañía con el 24% del capital.

Prisa no atraviesa precisamente su mejor momento. En quiebra técnica desde hace meses, la compañía que sostiene el argumentario ideológico del Gobierno que más veces y más rápido ha "cambiado de opinión" en nuestra historia reciente vive un momento de debilidad casi sin precedentes. Una debilidad que al grupo francés Vivendi, que lleva tiempo queriendo controlar Prisa, le ha hecho mover ficha con intención de obtener una posición de control, mediante la suscripción de una gran cantidad de bonos convertibles en la emisión que tuvo que poner en marcha Prisa para tratar de amortizar un paquete de deuda referenciado al Euribor y que amenazaba con meter a la compañía en suspensión de pagos.

Si antes de las elecciones era Vivendi quien se frotaba las manos, esperando que Feijóo no planteara problemas a su asalto a Prisa, tras ellas, es Miguel Barroso quien hace números. Su principal objetivo es doble. Como si de un presidente del FC Barcelona se tratara, Barroso busca "palancas" que aseguren por un lado estabilidad financiera de la compañía y por otro que su control siga siendo favorable a los intereses de Pedro Sánchez.

Hasta la fecha, el principal candidato para otorgar esa doble condición a Prisa y neutralizar así las pretensiones de Vivendi y su más que probable giro conservador a la línea editorial de la dueña de El País y la SER, es Global Alconaba SL, una sociedad que aglutina a inversores españoles muy cercanos a Pedro Sánchez, no en vano, su líder es Andrés Varela Entrecanales (quien fundó junto a José Miguel Contreras La Sexta). Sin embargo, tal y como publicaba en marzo Carlos Ribagorda en OK Diario, Alconaba no se encuentra en su mejor momento tras los cambios en el consejo de administración, cuando salió Marco Bolognini y daba entrada a Fernando Garcilaso de la Vega. Acometían una segunda ampliación de capital en unos meses hasta dotar a la firma de algo más de 5 millones de euros. Entrecanales no sólo es el líder de Alconaba, sino miembro del consejo de Prisa y muy amigo del otro consejero y alma editorial del grupo Miguel Barroso.

Mientras, Prisa continúa en un estado financiero delicado. Con un patrimonio neto negativo superior a los 530 millones, mantiene un pasivo superior a los 1.500 millones de euros y una deuda viva cercana a los 1.000 millones.

Los resultados del primer semestre no pudieron ser más desastrosos, registrando pérdidas en el primer semestre de 36,3 millones de euros, lo que implica dispararla un 160%. De nuevo los costes financieros son los que desangran a la compañía. Tanto que ni siquiera el incremento de ingresos en más de un 13% hasta los 440 millones logra amortiguar la caída.

Con estos números, encontrar "novio" a Prisa no es fácil, y el problema para "los migueles" de Moncloa es que el único que quiere bailar con semejante pareja es francés y de derechas.

Temas

En Libre Mercado

    0
    comentarios