¿Qué está pasando en Prisa? Como ya es tradición, un posible cambio en las estructuras de poder hace tambalear los cimientos de la compañía que antaño constituía un auténtico "imperio del monopolio", como le gustaba decir a José María García. Con Polanco primero, con Juan luis Cebrián después, con Javier Mazón y ahora con Joseph Oughourlian, los cambios de poder en el Gobierno siempre han afectado y mucho a la compañía. Todavía recordamos a un envejecido Jesús Polanco pidiendo líderes "más moderados" en la derecha "a quienes podríamos apoyar", decía Polanco con la mente puesta entonces en Alberto Ruiz Gallardón. Juan Luis Cebrián denunció las maniobras de "brujos visitadores de la Moncloa" para hacerse "con el espectro financiero y mediático de España", después de que Zapatero permitiera la creación de La Sexta.
Ahora, con el aterrizaje de Amber Capital en el Prisa y la toma de control por parte de Joseph Oughourlian, parece que Sánchez buscaba mantener una actitud dócil del grupo a sus pretensiones en el Gobierno. Cosa que han conseguido. El principal problema ahora no es político, sino financiero. Prisa tiene el agua al cuello. In extremis logró aprobar una emisión de bonos convertibles que suscribió con mucho entusiasmo vivendi. Grupo francés de comunicación que lleva tiempo hacerse con Prisa, y más ahora que atraviesa grandes dificultades financieras.
Sin embargo, los intereses de Vivendi, controlada por Vincent Bolloré, un empresario histórico de medios de comunicación en Francia muy vinculado a los postulados de derechas, parecen alejados de los intereses de Sánchez, quien hizo uso de su opción de veto para no permitir al grupo en el pasado aumentar su participación en el grupo editorial español. Ahora, Vivendi ha obtenido luz verde de Moncloa y ha decidido convertir sus bonos en acciones y ya controla más del 10% de Prisa.
Así, Vivendi ha informado al Grupo Prisa de que ha obtenido la autorización del Consejo de Ministros para aumentar su participación en el capital social de la compañía mediante la conversión de la totalidad de las obligaciones subordinadas convertibles del grupo de comunicación de las que Vivendi es titular, según ha informado Prisa a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).
El grupo de comunicación explica que estas obligaciones fueron suscritas por Vivendi en el marco de la oferta pública de suscripción de obligaciones subordinadas necesariamente convertibles en acciones ordinarias de la sociedad emitidas por Prisa en febrero de 2023.
El importe nominal total de la emisión fue de 129.999.500 euros y el primer periodo de conversión ordinario, actualmente en curso, comenzó el 1 de mayo de 2023 y finalizará el próximo 10 de mayo. Así fue comunicado por la firma a la CNMV.
La conversión por Vivendi de las obligaciones suscritas resultará, en el escenario final de una conversión total por todos los obligacionistas, en un incremento de su participación accionarial en Prisa hasta el 10,9%. Dicha participación alcanzaría un máximo temporal del 15% en el supuesto de que Vivendi fuera el único suscriptor que ejerciese su derecho voluntario de conversión en el periodo de conversión ordinario establecido.
Elecciones, opas y problemas financieros
Algunas fuentes consideran que Vivendi está agazapado, preparando el terreno para la llegada de Feijóo a Moncloa, momento en el que Bolloré aprovechará para lanzar una OPA por el 100% de Prisa, algo que hasta ahora le había negado el gobierno de Sánchez ejerciendo su poder con la Ley Antiopas.
En el fondo, lo que subyace, cuentan otras fuentes es la resistencia del PSOE y Moncloa de que se de un vuelco en la línea editorial del grupo de comunicación. Algo que podría llegar a producirse si Vivendi toma todo el control, Pero esto choca con la situación financiera de la compañía, casi en quiebra técnica. Así, Prisa se encuentra con unas necesidades de liquidez muy fuertes y con un único caballero blanco dispuesto a asumirlas, Vivendi.
Un "trilema" de difícil solución que podría llegar a dirimirse en las urnas.