"España se encuentra entre los Estados de la UE-Eurozona con ratios de déficit público/PIB y de Deuda/PIB más altos", señala la consultora Freemarket en su último informe. Pero ese no es el principal problema para los analistas. Y es que el desequilibrio de déficit que han denunciado ya todas las grandes firmas de análisis, Freemarket lo sitúa en una posición casi crónica.
"De acuerdo con las proyecciones realizadas por la Autoridad Fiscal Independiente (Airef), el desequilibrio de las finanzas de las Administraciones Públicas se estabilizará en el 3,2% del PIB durante los próximos cuatro años, la deuda se mantendrá estable entre 2024 y 2028, pero siempre por encima del 100% del PIB, para iniciar un recorrido ascendente a partir de ese año", explican los expertos de Freemarket.
"Ese escenario será peor si se prolongan las medidas adoptadas para paliar el impacto de la crisis energética cuyo importe es de unos 15.000 millones de euros y, obviamente, si se ejecutan los compromisos de gasto acordados por el PSOE y Sumar, que ascienden a unos 100.000 millones de euros a lo largo de esta legislatura", explica.
Y eso significa que, tanto si se sostiene la actual composición del gasto como si se eliminan las medidas anticrisis, España tendrá unos niveles de déficit público y de deuda por encima de los límites establecidos por el Pacto de Estabilidad y Crecimiento (PEC) que volverá a entrar en vigor en 2024. Ello supone, además, que, a esperas de cómo finalice el proceso negociador para reformar las reglas fiscales del PEC, España entrará en el Procedimiento de Déficit Excesivo y el Gobierno, si no se alteran los criterios de déficit y de deuda, estará obligado a diseñar un programa destinado a garantizar la sostenibilidad de su endeudamiento.
La posición fiscal de España es ya muy delicada y vulnerable pero esa debilidad sería aún mayor si se produjesen nuevos shocks externos, extremo nada descartable en el escenario geopolítico actual y teniendo en cuenta el viraje de socios que está efectuando Pedro Sánchez -en un alejamiento claro de los socios habituales de una democracia liberal-, y si los mercados no perciben la existencia de una planificación presupuestaria que garantice la sostenibilidad de la deuda.
"Esta valoración no cambiará aún en el supuesto de que el Gobierno retire el año próximo los programas de ayuda puestos en marcha a raíz de la guerra ruso-ucraniana y del incremento de la inflación. Con su frágil situación financiera, España tendría enormes dificultades para obtener los fondos necesarios en el mercado que le permitiesen introducir nuevas medidas de estímulo en respuesta a un fuerte deterioro de la actividad económica, por ejemplo, o a un significativo incremento de los precios de la energía", destaca la consultora.
El panorama descrito muestra con claridad la situación "límite a la que ha llegado el binomio déficit-deuda en España y, también, el enorme error de no haber utilizado el aumento de la recaudación procedente de los ingresos ordinarios (tributos) y de los extraordinarios (inflación) para haber reducido de manera significativa el déficit público en vez de destinarlo a financiar una brutal expansión del gasto", explican desde Freemarket. Y este escenario se agravará "si se materializan a lo largo de la legislatura los compromisos de gasto de la investidura cuyo impacto alcista sobre el binomio déficit-deuda será muy fuerte", explican los economistas.
"En conclusión, si el endeudamiento de las finanzas públicas españolas era insostenible antes de los pactos de investidura, los compromisos de gasto asumidos por el Gobierno para lograrla la colocan en una situación que sólo cabe calificar de explosiva. Esto no tienen parangón con lo ocurrido en ninguna economía de la OCDE en el último medio siglo", sentencia la consultora.